Por Roberto Sosa/ Las aves revolotean por la noche, Gilberto los ve sin entender de dónde vienen, es un estudiante universitario, vive un tórrido y tormentoso romance con Isabelle, de origen francés y maestra en la misma universidad. Isabelle es mayor que Gilberto, no piensan igual, ni tienen los mismos gustos, la atracción se centra en lo sexual. El confidente y mejor amigo de Gilberto es Angélica, coinciden frecuentemente en un Café del puerto de Mazatlán.
Su amor desborda pasión, la tormentosa relación es como si fueran polos opuestos que se atraen y necesitan. Ella lo lleva a vivir a su casa, juntos bajo el mismo techo la relación toma otro rumbo. Los extremos opuestos revierten la polaridad, la atracción se convierte en una enfermiza dependencia, una vorágine que amenaza con llevarlos al límite, hacia un camino sin retorno.
El texto escrito por Óscar Liera (Culiacán, Sinaloa 1946-1990) es una historia dislocada y fragmentada cuyo relato poco a poco irá develando la tragedia; la estructura dramática es sólida, característica del autor. Liera es considerado uno de los dramaturgos y creadores escénicos más importantes de la segunda mitad del siglo XX, integrante de la Nueva Dramaturgia Mexicana. De sus obras destacan El camino rojo de Sabaiba, El jinete de la divina providencia y Los negros pájaros del adiós.
La dirección de escena es de Alejandro Ainslie, su labor se poya en la multimedia y diseño sonoro, monta escenas a través de lienzos de plástico que la brisa –generada con ventiladores- restriega y frota en rostros y cuerpos de los protagonistas, elementos que crean atmósferas ilusionadas y enigmáticas. Ainslie utiliza dispositivos con los cuales logra adherir y dar forma a la desarticulada historia. Dirección y producción están en equilibrio, el resultado está bien logrado.
Las actuaciones son de Roxana Andrade, Erick Israel Consuelo, Paloma Alvamar y Sandra Cecilia. En cada uno está y habita correctamente su personaje; sus actuaciones son desde la comprensión del texto y de los personajes. Reflejan sobre el escenario el trabajo de creación y preparación que la obra les demandó. A Roxana y Erick les creo, sienten lo que dicen y hacen; Paloma y Sandra están exactas.
Los negros pájaros del adiós es una historia pasional que tiene de fondo el mar de Mazatlán, en el cielo del puerto una parvada de pájaros negros aparece de noche como presagio de una tragedia. Los lienzos plásticos transparentan el amor y pasión de los protagonistas; el viento agita el mar que sobrevuelan las aves y excita sus emociones. En un Café de este puerto se investiga e interroga lo sucedido con los amantes.
Es una obra bien montada, con una historia que atrapa y con elementos que hacen de este proyecto un cumplido al autor y su trayectoria. En esta obra se vislumbra el amor que Liera le tenía a su tierra y su gente. Los personajes viven y sienten los paisajes y mar de Mazatlán; hablan con ese acento costeño que los identifica y define. La obra se estrenó en 1986, no pierde vigencia, su historia es atemporal.
El equipo creativo incluye la escenografía, Emilio Zurita; el diseño sonoro de Xicoténcatl Reyes; el vestuario es de Brisa Alonso; así como, el video de Yoatzin Balbuena y la iluminación, Alejandro Ainslie.
La obra se presenta lunes y martes, hasta el 12 de diciembre, en el Teatro Helénico, consulta horarios y precios, aquí.
