Por Kerim Martínez/ La compañía Nocturno Teatro celebra sus primeros quince años de existencia con la puesta en escena (dedicada a jóvenes audiencias) El misterioso caso de la sombra que se presenta desde abril en el Foro Lucerna del Teatro Milán. Entre sus montajes más destacados se encuentran: Ernest y Bottom, Happy, Sólo quiero hacerte feliz, y Noche de reyes.
Mikel, es un adolescente amante de las películas de terror y de las historias de detectives. Una noche escucha ciertos ruidos que lo alertan a pensar que alguien se ha metido en su casa; se encuentra con algunos muebles desperdigados por el suelo y alcanza a ver una sombra que se escapa velozmente. A partir de ahí se propone descubrir el misterio.
La dramaturgia y la dirección están a cargo de Juan Cabello, resalta la claridad y concisión sobre lo que se quiere contar. La principal virtud del texto es que no se dirige exclusivamente a los niños, sino que lanza una advertencia a los adultos sobre la incapacidad de comunicación que a veces se tiene con los más jóvenes por esa necesidad desmedida de protección ante ciertos temas considerados escabrosos.
Cabello sitúa la obra en los años noventa y dota el espectáculo de referencias visuales y sonoras que resultan nostálgicas para los espectadores de esa época (algunos ya padres de familia). Como director crea una experiencia teatral divertida, elocuente y llena de mensajes positivos. Da la sensación de estar leyendo una historieta de aventuras o de visualizar en la televisión una serie noventera para adolescentes.
Jatzke Fainsod interpreta al joven aventurero, desde su primera aparición se planta muy bien en la escena como el protagonista de la historia y nos presenta a los demás personajes que componen su núcleo más cercano: sus padres, su estrafalaria tía, su mejor amiga y su perro Filete. Fainsod, actor carismático y comprometido, hace que los espectadores accedan fácilmente a un universo aparentemente ingenuo y los lleva de la mano durante una hora haciéndolos partícipes de su investigación. A pesar de que el perro no está físicamente en el escenario (sólo existe el recurso sonoro), el intérprete convence de lo contrario y logra que el público entre rápidamente en esa convención.
La parte cómica está a cargo de Amanda Farah y Fernando Canek. La primera le da vida a la tía Margaret; Farah esboza un personaje easy going, divertido y algo extravagante que le resulta muy empático al público. Ella representa a esa persona adulta a la que un menor se puede acercar para desahogarse de los problemas cotidianos.
Canek sobresale por la construcción de dos personajes opuestos: por un lado, nos muestra al padre del joven que se encuentra en una crisis personal y que no sabe cómo acercarse a su hijo; por el otro, se convierte en el mismísimo Sherlock Holmes, una especie de amigo imaginario de Mikel que lo apoya para desenmarañar el enigma en cuestión. Para este último personaje, el actor juega con desenfado en escena y utiliza la gracia, la ternura y el ingenio a su favor.
Maya Ricote interpreta con mucha sensibilidad a Luciana, la mejor amiga de Mikel. La actriz hace gala de su expresividad corporal y gestual para ofrecer un trabajo impecable sin caer nunca en la caricatura (peligro que se corre cuando los actores representan a niños en escena). Alejandra Chacón representa con soltura y emotividad a la madre del joven. Muestra a una mujer afligida y llena de secretos; tiene como resultado momentos bastante conmovedores.
La escenografía de Mauricio Ascencio es llamativa, práctica y colmada de detalles. Los ambientes se vuelven armónicos e incluso acogedores y gracias al diseño de iluminación (también de Ascencio) las escenas de misterio logran su cometido: generar expectativa. La grata experiencia se complementa con el vestuario colorido y noventero a cargo de Lissete Barrios y el diseño sonoro de Fernando Sisniega que ayuda en gran medida a que el público se sienta en una experiencia inmersiva.
La obra cuenta con el estímulo fiscal Efiartes. Da gusto encontrarse con una producción que sabe aprovechar los recursos obtenidos para tener en escena un montaje de primer nivel y contar una historia atractiva llena de mensajes alentadores dirigida a una de las audiencias más desaprovechadas: los jóvenes.
El misterioso caso de la sombra es una obra (para toda la familia) muy audaz y esperanzadora que habla de cambios, de miedos, de la salud mental y física, de vicios, de amistades sólidas, de vulnerabilidades, de todo aquello que nos cuesta reconocer, pero sobre todo de la importancia que tiene el hablar cualquier problemática que exista en familia.
La obra se presenta todos los domingos, hasta el 27 de agosto en el Teatro Milán, consulta horarios, precios y descuentos, aquí.
