Florian Zeller ha sido calificado por la revista Time como “el dramaturgo más apasionante de nuestro tiempo“. El francés ha escrito trece obras, es además novelista, director teatral, guionista y director de cine. Como director cinematográfico, debutó en 2020 con gran éxito.

El Padre, protagonizada por Anthony Hopkins y Olivia Colman, fue la ópera prima como director en cine del autor. El filme le dio seis nominaciones en la 93 edición de los Premios de la Academia, incluyendo a Mejor Película. Finalmente, Zeller ganó el reconocimiento a Mejor Guión Adaptado y Hopkins el Óscar para Mejor Actor.

El texto originalmente fue escrito y estrenado en 2012. Florian Zeller dirigió el montaje con un elenco encabezado por Robert Hirsch e Isabelle Gélinas en el Teatro Hébertot, de París. La obra se ha montado además en Londres, Nueva York, Los Ángeles, Sídney y más de 45 países. Ha obtenido varios premios y reconocimientos en París, Londres y Nueva York.

Actualmente, con un elenco encabezado por el maestro Luis de Tavira y Fernanda Castillo, bajo la dirección de Angélica Rogel, El Padre se presenta en el Teatro Fernando Soler.

En esta obra su autor crea un universo hermoso y lúdico que se va oscureciendo, divertido en ocasiones y otras veces doloroso. Es un texto estremecedor y entrañable, que, por sí solo, es una razón para ver este montaje. Sin embargo, hay muchas mucha más razones para ver esta versión producida por Alejandro Gou, Óscar Uriel y Guillermo Wiechers.

Podríamos hablar del elenco compuesto por Fernanda del Castillo, el maestro Luis de Tavira, Pedro de Tavira, Emma Dib, Ana Sofía Gatica y Alfredo Gatica, que están extraordinarios todos. O de la música original de Hans Warner que crea la atmósfera precisa para que todo encaje. O el vestuario diseñado por Natalia Seligson que por encima pone las necesidades del elenco para su interpretación. Sin embargo, aquí les compartimos, solamente tres razones para ver El Padre.

1. El maestro Luis de Tavira. No podemos iniciar con otra razón que no sea Luis de Tavira dando vida a Andrés, el protagonista de esta historia. Un hombre que va perdiendo la memoria. Con ella se va perdiendo la memoria de las personas que ama, su capacidad de percibir la realidad y comprenderla, y, con todo ello, se va perdiendo a sí mismo. El maestro de Tavira alcanza una actuación potente, empática y conmovedora. Como él mismo señaló en algún momento al hablar de esta obra, su interpretación nos recuerda que “no hay memoria solitaria, la memoria es la memoria del otro”. Es una actuación que cada noche nos recuerda por qué los productores del montaje han dicho una y otra vez que esta obra es un homenaje para la trayectoria del director, actor y dramaturgo.

2. Sensación de memoria dislocada. La escenografía diseñada por Jorge Ballina y la iluminación de Ingrid SAC generan un espacio que refleja el espacio mental de Andrés. En un entorno poético y hermoso que se va desdibujando, le permite al público compartir con el protagonista la confusión y la angustia que atraviesa. Los recursos que se ponen en el escenario crean la sensación de memoria dislocada, de conexiones que se rompen y hacen cortocircuito. Es, como en contadas ocasiones vemos con tal cuidado y nivel de detalle, un trabajo estéticamente bello que está totalmente al servicio de la obra, y que funciona.

3. Visión clara y precisa. Cuando el diseño de arte y producción, la escenografía e iluminación, el vestuario y la música, junto con todos los elementos se ven sobre el escenario – y los que no vemos como audiencia – forman un todo sólido hay un motivo además de un talentoso equipo: la dirección. Angélica Rogel refrenda con este trabajo el gran momento por el que atraviesa. Su visión es clara, precisa, parece saber exactamente a qué destino quiere llevar cada proyecto. Conoce y utiliza los elementos necesarios para lograr que el texto escrito por Zeller alcance toda la dimensión y potencia que encierra.

Ya lo saben, esta es una de las obras más esperadas del año. Les podemos decir que no queda nada a deber y cumple con las expectativas. Se presenta de viernes a domingo en el Centro Teatral Manolo Fábregas, ubicado en la colonia San Rafael. Corran a verla.

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Por Óscar Ramírez Maldonado, Fotos: Cortesía El Padre.

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