Por Omar Muñoz / Franz Kafka y Fernando Pessoa son objeto de inspiración y representación para el teatro, gracias a la serie de encarnaciones filosóficas creada por La Máquina de Teatro. Clarissa Malheiros y Juliana Faesler los vuelven a la vida con Kafka, donde estás, están todos los mundos y Pessoa, La hora del diablo, respectivamente, y logran introducirse en las profundidades de su pensamiento, para a través del lenguaje teatral, presentar diferentes cuestionamientos al espectador.
Kafka, es una fantasía escénica que narra, desde la perspectiva del autor, parte de su vida y que retoma algunos de sus textos en forma de fábulas, para plantear el absurdo de la existencia humana.
Entre las obras de Kafka que se representan en esta puesta se encuentran Informe para una academia, Ante la ley, Metamorfosis e Investigaciones de un perro. Por su parte, Pessoa, es una exploración sobre el texto La hora del diablo, que presenta una serie de reveladoras conversaciones con el diablo (responsable de nuestra imaginación y de los sueños) sobre religión, vacío, existencia y destino.
La propuesta estética de Kafka, donde estás, están todos los mundos, consiste en un carro cuadrado con dos de sus caras cubiertas con altos bastidores de tela blanca de forma rectangular.
En su interior hay una silla y un escritorio de madera. En el resto de la escena hay siete lámparas grandes flexibles que se disponen en diversos lugares y alturas a lo largo de la representación, para terminar, iluminando a los personajes de la vida y obra de Kafka. El rostro del escritor está plasmado en varios objetos de la puesta. Kafka nos observa con persistencia. Hemos sido, la humanidad entera, inspiración para el autor. La iluminación de Juliana Faesler, el vestuario de Xavier Rodríguez y la utilería de Salomé Tovar y Fidel Nah terminan de componer exitosamente el cuadro estético.
En cuanto a Pessoa, La hora del diablo, la escena está formada por grandes pliegos de papel grueso que asemejan una magnificación de las hojas de papel hechas bola por un escritor insatisfecho. En su interior hay muchas cabezas humanas blancas con rostros anónimos.
En este caso, la iluminación también es de Juliana Faesler y la utilería es de Salomé Tovar, pero Isabelle Manhes diseña el vestuario y Toztli Abril de Dios crea un muñeco de utilería que tiene una participación especial. Nuevamente, el trabajo de todos ellos, integra satisfactoriamente la parte visual de la producción.
Clarissa Malheiros actúa en ambas producciones. En Kafka, recibe apoyo en escena de Juliana Faesler y de Fidel Nah o de Sol Sánchez, según sea el caso. Interpreta a Kafka, pero también a algunos de los seres que viven en su literatura: un perro, un escarabajo y un mono. En Pessoa, personifica al diablo.
El trabajo de Malheiros resalta, sobre todo, por su dominio técnico de la voz y del cuerpo. Sus interpretaciones son flexibles, pero precisas. Todas sus transformaciones físicas y la acción escénica ayudan a representar con claridad la obra y el pensamiento de los autores.
Tanto Kafka, donde estás, están todos los mundos como Pessoa, La hora del diablo, son ejercicios escénicos con una gran carga simbólica tanto a nivel textual como visual. Son puestas en escena que juegan con la metáfora, para producir espacios abstractos, atemporales e indefinidos con base en el imaginario creado por ambos literatos.
El resultado son mundos oníricos de mucha belleza, pero con una gran profundidad de mensaje: la expresión perfecta del arte, vida y pensamiento de Franz Kafka y Fernando Pessoa.
Kafka, donde estás, están todos los mundos se presenta todos los jueves y sábados hasta el 4 de mayo y Pessoa, La hora del diablo se presenta todos los viernes y domingos hasta el 5 de mayo. Ambos en la Sala del Centro Cultural del Bosque. Consulta precios y horarios de Kafka, dónde estás, están en todos los mundos ,aquí y si quieres ver Pessoa, La hora del diablo, aquí.
