Fotos: Roberto Sosa
Por Roberto Sosa/ El no teatro. El sí original, el sí divertido, audaz e insólito…el sí se vale; en el teatro todo cabe. Desde Canadá llega a México este espectáculo que rompe con todas las convenciones teatrales. Desde la llegada al recinto todo es distinto, con otra dinámica; adentro el espectador tomará su lugar, no verá una puesta en escena, ni le van a contar una historia. El no show cimienta su éxito en una propuesta distinta que le cambia el rostro al teatro convencional.
Para este propósito se cuenta con un grupo de buenos actores de teatro, que hablan de teatro, y así conocer de qué manera el quehacer teatral ha determinado su existencia. Asimismo la intención es indagar entre los asistentes el valor que representa en su vida el arte escénico. Desde el inicio la interacción de los actores con público es total, acá no se sienta uno a ver qué sucede, no, todos constituimos parte de El no show.
El desafío es atrapar e involucrar al público que llega con la idea de ver una puesta en escena “normal”; en taquilla el espectador sabrá que el precio del boleto oscila entre $70 y $700 pesos, él elige la cantidad a pagar, esto no establece en qué fila o butaca le asignaran su lugar. ¿Cuánto está dispuesto a pagar por ver una obra de teatro? para él ¿Cuánto vale ver teatro…? Lo que paga por su entrada, el dinero que saca de su bolsillo, será en proporción al interés que tenga por ver la función.
El espectáculo se estructura como el original en francés, lo que cambia es el texto, ya que la dramaturgia conjunta las experiencias del elenco con la escritura de Alexandre Fecteau, Hubert Lemire y Francois Bernier. El reparto está conformado por Vicky Araico, Sara Pinet, Úrsula Pruneda, Pamela Almanza, Memo Villegas, Tizoc Arroyo y Adrián Vázquez. Cada uno desde sus vivencias, construye y contribuye con el texto.
La obra es una oportunidad para ver a un grupo de actores de teatro desde otra perspectiva, con otra mirada; histriones de carne y hueso, sin el vestuario que los caracterice, de cerca, como tú o como yo. Sin la obligación de dar vida a un personaje, hablan de su carrera con honestidad, sin máscara. Acá los vemos sin filtros, como personas que viven el día a día igual a todos nosotros.
Alexandre Facteau dirige el espectáculo con los elementos que aportó el elenco a partir del trabajo en la mesa, lectura y ensayos; el resultado es un divertimento que es la antítesis del teatro. No obstante se trata de una puesta en escena que desde su concepción no pierde su atributo, su carácter. Facteau no pierde de vista que con el público es necesario entablar un diálogo, lo interesante es que aquí lo hace con otro lenguaje.
El ingenio del caldero la presenta en el Teatro Helénico, hasta el 12 de enero del próximo año. Además habrá funciones especiales los día 25 de diciembre y 1 de enero.
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