Por Luis Santillán/De forma involuntaria la primera pregunta que surge tras ver Handel de Diego Álvarez bajo la dirección de Luis Eduardo Yee es ¿la reacción del público es por la ficción creada o por la realidad capturada? Para la mayoría del público hacer esa dicotomía es irrelevante porque la experiencia escénica se logró, las emociones que el reparto utiliza para construir los personajes tiene la fuerza para generar reacciones y, aparentemente, eso bastaría en una visita al teatro.
Sofía Sylwin, Miguel Romero y Pablo Marín son quienes conforman el reparto. Marín tiene un extraordinario trabajo corporal para crear a “Carlos”, eso le permite hacer la transición a los demás personajes de manera fluida. Romero tiene sus mejores momentos con el personaje de “Mariano” y con el “investigador”, en el primero coloca puntos de quiebre que posibilitan un acercamiento empático; el segundo transita de lo fortuito a lo vil de manera gradual.
Sylwin es quién sobre sale dado que logra la creación de 2 personajes de manera muy contundente, y lo hace más a partir de colocar cada uno en una partitura rítmica que sostiene la emotiva, los personajes están en un espectro más amplio tanto por lo que los mueve como por la experiencia de vida que cada uno lleva; es en ella donde los matices permiten ver hacia donde está direccionada la obra.
Luis Eduardo Yee es el director de la puesta en escena. Lo que destaca es la sencillez de recursos para generar los universos, los acentos del vestuario están en los personajes femeninos. Si bien la temática es incluyente, hay un mayor peso de estos personajes –y eso Sylwin lo aprovecha muy bien-. Su dirección enfatiza de diversas formas y matices composiciones coreográficas, apuntala de manera asertiva la interacción de su reparto para que en conjunto sean más las fortalezas.
Natalia Sedano hace el diseño de escenografía y de iluminación. Una de las constantes es la penumbra, misma que se contrapuntea con una luz particular, este elemento es el que mejor sintetiza lo que, aparentemente, ocurre con el texto: hay un tono que muy rápido se establece y carece de variantes.
La propuesta de Álvarez tiene tres líneas anecdóticas que se van desarrollando de manera paralela, los bloques mantienen el mismo orden la mayoría del tiempo, quizá para facilitarle al público los saltos entre las historias; cada una de las líneas desarrolla una sucesión de situaciones que culminan en una misma posibilidad.
Una de las características del teatro de Álvarez es la combinación de ficción con teatro documental o el colocar en un territorio fronterizo la ficción y lo documental; en esta ocasión el campo de ficción tiene mayor presencia, sin embargo, la forma en que contextualiza a los personajes, más en el territorio del documental, da la impresión de no alimentar a los personajes. Cuando el personaje ha logrado establecer con una gama emotiva estimulante viene la parte de los “datos” y algo ocurre que frena la situación. Da la impresión de que es más importante generar el impacto de que lo relatado es real; cada línea tiene una gran potencia, la que más respira esa naturaleza es la de Mariano, pero los tópicos son muy pesados.
Handel de Diego Álvarez, bajo la producción de Teatro Mondo, es un proyecto que ha tenido diversas temporadas, quizá eso baste para que el público sienta que el acudir al Foro La Gruta para ver esta puesta en escena es un acierto.
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