Por Óscar Ramírez Maldonado/ El crossover entre el teatro y el cine es un fenómeno que nace prácticamente con la industria cinematográfica. En los últimos años del siglo XIX y principios del XX, cuando surge y se afianza el cinematógrafo, entre primeras historias que habrían de filmarse están las del teatro. Esta tendencia se ha mantenido a lo largo de los años y la variante contraria (del cine al teatro) es también cosa común, no son pocas los filmes que nacen en el teatro y saltan luego a la pantalla grande. Este es el caso de Closer, una obra de Patrick Marber estrenada Londres en 1997 y que en el 2004 el propio autor adaptó para cine.
Ante el alcance masivo del cine de Hollywood, lanzarse a producir una obra de teatro que previamente ha pasado por las pantallas de cine es un reto. El reto es mayor cuando la adaptación cinematográfica tuvo un gran éxito, como es el caso de la versión de Closer que Mike Nichols dirigió para el cine. Actualmente, en la Ciudad de México, BH5 y la Rama de Teatro, de la mano del director Francisco Franco, enfrentan este reto y en términos generales salen airosos ante él.
En la película los diálogos escritos por Marber son encantadores pero nunca terminan de encajar en el universo cinematográfico, su impronta teatral siempre está presente. Como espectador, lo primero que salta al escuchar estos mismos diálogos sobre el escenario de un teatro es que estos recuperan su vocación dramática y se desarrollan en el espacio que les es natural.
Se trata de una obra de teatro sobre el amor, obsesiones y seres complejos que nunca son transparentes, que tienen -con excepción de Alice- una pasión enfermiza por la verdad, por los hechos como son. Cada uno, desde su personalidad, se encuentran en una constante lucha por saber lo que el otro siente, por meterse en su piel.
Sin embargo Closer también podría hablar de lo que se pretende ser, del papel que decidimos jugar cada uno frente a las relaciones. De la manera en la que existimos como representación.
En 1981, la artista plástica estadounidense Susan Hiller realizó una obra bautizada Monument, en la que usa como punto de partida el icónico Postman´s Park que en Closer es una referencia fundamental. Esta instalación, a través de fotografías, una banca y una cinta de audio, explora el tema de la existencia humana, de la temporalidad. Los seres en las placas conmemorativas del Postman’s Park tienen dos existencias temporales, reflexiona la artista: como seres vivos; y como una representación de estos seres, la cual termina por superar en tiempo a la existencia del individuo.
En este doble juego es que los actores de Closer se enfrentan con el reto de dar vida a personajes que asumen un papel que interpretan, que buscan la verdad en el otro pero no muestran la suya. Fernanda Borches (Ana) y Arap Bethke (Luis) se echan a la espalda todo el peso del montaje y lo hacen de manera efectiva. Las escenas entre ellos fluyen y se disfrutan. Natasha Dupeyron logra una interpretación singular de Alicia, muy personal, en la cual se evita la tentación de calcar a la Alice de Natalie Portman de la película, un papel que fue trascendente en la carrera de la actriz ganadora del Oscar. En Dupeyron se puede observar un crecimiento como actriz. El caso de Pablo Cruz-Guerrero es particular, la dirección que se le da al personaje lo lleva a realizar un personaje que cumple pero no termina de conectar con sus emociones. Más que un ser contradictorio, como se intuye a Daniel en el texto, se siente a un ser indiferente.
El trabajo de Xochitl González en la escenografía y la iluminación resulta acertado. Espacios que se van encadenando y que coexisten, luces que crean espacios para el movimiento de los actores. La escenógrafa echa mano de recursos poco convencionales en algunos momentos, logrando efectos muy interesantes.
Un aspecto destacable en el montaje son los movimientos precisos y coreográficos que el director Francisco Franco logra dar a su elenco. Movimientos que responden a las necesidades del texto, que dan continuidad a los intercambios y diálogos que los personajes tienen durante la obra. Para lograr este resultado, esta “danza” sutil, Franco hace mancuerna con la coreógrafa Tere Ríos.
Closer es una apuesta interesante que propone al público una nueva lectura de una historia conocida, una aproximación desde un nuevo ángulo a una obra que en algunos pocos años logró hacerse un lugar dentro de la dramaturgia inglesa contemporánea.
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Hola, ¿puede decirme en qué fecha fue publicada esta crítica?
Saludos
Hola, Xóchitl! Gracias por contactarnos, la reseña fue publicada en el mes de septiembre de 2017, Saludos.
Hola soy Edher Corte compositor de la música de Closer MX
Me gustaría comentar que toda la música que suena es original y compuesta por mi .
Que también el trabajo sonoro fue muy delicado y cuidado Siempre por mi y Francisco Franco .
Saludos y espero vayan a verla . ✌?
Edher Corte,gracias por el apunte, sí, la música que realizaste es un elemento muy importante y que aporta al montaje. Disculpa la omisión, pero suscribo tu comentario. Sí, ya la vimos y de ahí la reseña, nos gustó la propuesta. Y a todos los lectores que vean esto sí, vayan,vayan a verla, les va a gustar.
Cuanto tiempo dura la obra ?
Hola, Alejandra! Gracias por contactarnos, la obra tiene una duración de 2 horas, Saludos.