Por Gina Fierro/ Existen varios estímulos que las instituciones han destinado al quehacer artístico en México, entre ellos los premios que fortalecen o impulsan el surgimiento de nuevas voces que construyen la escena teatral a través de sus textos. Dentro del teatro, podemos identificar una amplia oferta de convocatorias que incentivan y reconocen la trayectoria de los dramaturgos mexicanos. (Ver anexo al final de la nota)
Ante la extensa lista de premios, es común que los participantes opten por postular sus obras a más de un concurso, hecho que en diversas ocasiones ha resultado en disgustos, inconformidades y premios fallidos.
A lo largo de los últimos 15 años encontramos que detrás de las premiaciones de dramaturgia hay escándalos y controversias, muchas derivadas por la integración de los jurados y de las mismas cláusulas que rigen las convocatorias, entre ellas que las obras inscritas no puedan participar simultáneamente en otros concursos, estar en espera de dictamen y no haber sido premiadas con anterioridad.
Familiaridad entre la obra y el jurado
Uno de los casos que causó controversia fue la entrega del Premio de Dramaturgia Juan Ruiz de Alarcón 2013 que se realiza anualmente en el marco de las Jornadas Alarconianas en la ciudad de Taxco, Guerrero. En esa emisión, un grupo de creadores escénicos residentes de Xalapa, Veracruz, protestaron por la conformación del jurado de dicho premio, quien anunció como ganador a Jaime Chabaud, ya que cuestionaban la cercanía de los miembros del jurado con el premiado.
“Es innegable que por edad y tendencia artística conocen muy bien la obra de Chabaud y muy mal la de Luis Enrique Gutiérrez Ortiz Monasterio, otro de los candidatos. De haber estado en el jurado un dramaturgo de otra generación, seguramente la decisión de premiar a Chabaud no habría sido unánime”, se detalló mediante una carta emitida a los responsables por el grupo de inconformes.
El mismo comunicado señaló que “se evidenció que Alegría Martínez, José Caballero y José Ramón Enríquez (miembros del jurado) son gente muy cercana a la Compañía Nacional de Teatro y a su director, Luis de Tavira, lo que es legítimo a nivel personal, pero en conjunto y como jurado refleja sólo una de las tendencias del teatro nacional”.
Por otro lado, se puso en duda la integración del jurado al incluirse a una crítica de teatro y a un director, cuando originalmente -por ser un premio de dramaturgia para dramaturgos- el jurado había sido conformado por dramaturgos en general y autores que ya habían recibido el premio.
“Debió continuar esta tradición, pero el INBA y el Instituto Guerrerense de Cultura optaron por meter esta vez a una crítica y a un director de teatro que “casualmente” militan en la misma parcela del quehacer escénico”, manifestaron los inconformes.
Días después de hacer pública la queja, el Director de Difusión y Relaciones Públicas del INBA, Plácido Pérez Cué, respondió que “era comprensible que la decisión sobre el otorgamiento de un premio no satisfaga a quienes apoyaron otra candidatura (del jurado)” y aclaró que las instituciones convocantes habían cumplido cabalmente con las bases públicas que conformaron la convocatoria para la edición 2013.
Sobre la conformación del jurado, Pérez Cué expuso que en el punto 10 de la convocatoria se especificaba que el jurado calificador tendría tres integrantes y que estaría compuesto por “dramaturgos, especialistas y gente reconocida en el quehacer teatral, como fue el caso”.
Dos veces ganador
Otro caso que causó polémica fue la obra doblemente premiada El crimen del Hotel Palacio, del dramaturgo Martín López Bríe. Una vez que se dio a conocer como ganadora del Premio Nacional de Dramaturgia 2007, convocado por el INBA, la obra fue descalificada luego de que también se declarara acreedora al Premio Manuel Herrera de Dramaturgia con sede en Querétaro.
El jurado (integrado por Iona Weissberg, Sabina Berman y Raúl Quintanilla) decidió retirar el premio ya que su participación no se ajustaba a las bases del certamen.
Finalmente, el argentino radicado en México, Martín López Bríe, conservó el Premio Nacional Manuel Herrera de Dramaturgia 2007, otorgado por el jurado de aquella novena edición, integrado por la investigadora de teatro mexicano Francine A’ness, el crítico de teatro Fernando de Ita y el dramaturgo Luis Enrique Guitérrez Ortiz Monasterio.
El jurado es de mi familia
Dentro de los certámenes existe la posibilidad de que los propios concursantes renuncien a sus premios. Aquí encontramos el incidente de Enrique Olmos de Ita, dramaturgo que en la emisión 2008 del premio Víctor Hugo Rascón Banda se deslindó del premio al saberse finalista, ya que uno de los miembros del jurado era su tío, el crítico de teatro y periodista mexicano Fernando de Ita.
En entrevista exclusiva para Cartelera de Teatro, Olmos declara “me llamaron y me dijeron que mi obra estaba dentro de las dos que podían premiar, pero que mi tío era parte del jurado, y que si queríamos seguir adelante con la dictaminación […] Yo les dije que evidentemente no, que no era lo mejor que me incluyeran”.
El galardonado en esta emisión fue Edeberto Galindo, el dramaturgo que despertó suspicacias por ser multipremiado y resultar ganador en la edición 2007 del mismo premio, además de recibir el Premio Nacional de Dramaturgia Emilio Carballido 2005, cuando la Universidad Autónoma de Nuevo León convocaba igualmente al premio Rascón Banda. De acuerdo con Gustavo Mendoza Lemus de Milenio, Galindo declaró “¡Fue un milagro!, nunca pensé que podría ganarlo, menos dos veces y mucha más increíble que fueran dos años seguidos”.
Se premia sin recibir todos los proyectos
En su blog, “Puro Drama”, Olmos expone un caso de incumplimiento a las bases de la convocatoria durante una emisión del Premio de Dramaturgia Juan Ruiz de Alarcón 2015, convocado anualmente por el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (ahora Secretaría de Cultura), el Instituto Nacional de Bellas Artes y el gobierno del Estado de Guerrero, a través de la Secretaría de Cultura de Guerrero, donde asegura que “dictaminaron sin haber recibido todos los expedientes enviados”.
“Fue muy curioso cómo el primer día hábil que cerró la convocatoria, dictaminaron ese premio. Yo creo que el jurado lo hizo de buena fe y no creo que haya corrupción ni nada, pero son el tipo de cosas que hay que evitar […] porque desprestigian los premios”, nos dice Olmos.
Aunque son frecuentes, es escasa la documentación que existe sobre los casos de irregularidades o inconformidades que se dan durante los procesos de premiación en México, mismos que no llegan a ser públicos. Muchas veces estos conflictos son resueltos internamente y, en el mejor de los casos, acoplándose a las normas establecidas en las propias convocatorias. Sin embargo, los mismos miembros del jurado opinan que estas normas resultan insuficientes y poco cercanas a la realidad de los artistas.
A propósito del premio Mancebo del Castillo
Después de lo ocurrido esta semana con el Premio Nacional de Dramaturgia Joven Gerardo Mancebo del Castillo 2016, una premiación donde el propio jurado infringió las bases establecidas y que terminó por declararse desierto, parece ser un buen momento para que se cuestionen, en general, las estructuras de las convocatorias. “Lo que abre el Mancebo es la reflexión sobre qué debería de ocurrir con los premios”, apunta el dramaturgo Luis Santillán en entrevista para nuestro medio.
Para sanear las convocatorias, el crítico de teatro Fernando de Ita considera que “hay que acercarnos a la realidad. Lo real es que en este país un escritor joven o no joven tiene muy pocos apoyos y oportunidades […] y si hay tan pocos apoyos me parece que hay que preservarlos”. Por ello, propone quitar la cláusula que prohíbe a los concursantes formar parte de otras convocatorias “y en el caso de que alguien gane dos, pues tiene que renunciar a uno. Realmente esto se hace en todo el mundo, lo que pasa es que en Latinoamérica para los escritores es la única vía, entonces mandan (sus proyectos) a todas partes”.
Respecto al tema de concursar con la misma obra en distintas convocatorias, Enrique Olmos de Ita, galardonado con el Premio Nacional de Dramaturgia Manuel Herrera Castañeda en 2008, opina “hay que propiciarlo, que una obra pueda concursar en todo lo posible […] si tú metes una obra a tres concursos y en el primero ya se dio a conocer el nombre del autor y la obra, te tienes que retirar de los demás. Es muy simple”.
Para Fernando de Ita toda competencia puede ser “cuestionable y todo premio es subjetivo, de manera que siempre tendrá aceptadores y detractores”, y considera que dentro de un proceso de selección “no siempre gana el mejor. Habiendo tres jurados, a veces dos apuestan por obras distintas y no se ponen de acuerdo, entonces siempre sale una tercera obra […] Estas cosas subjetivas van a seguir pasando en todas las premiaciones, no solamente aquí sino en todo el mundo”.
Como jurado y participante de este tipo de premios, Luis Santillán expresa “a diferencia de algunas personas, yo sí creo que los premios son relevantes, porque finalmente son un estímulo para los autores”. Por otro lado, el dramaturgo resalta la importancia de conservar la razón de ser de los premios, “me parece que se ha perdido un poco la razón de ser de los premios, es decir, ha pasado que hay muchas obras premiadas que no llegan a escena. Entonces, es raro que una obra que tuvo cualidades para ser premiada no llegue a escena y eso pareciera que en algunos momentos es simplemente premiar por premiar”.
Asimismo, el también ganador del Premio Nacional de Dramaturgia Manuel Herrera Castañeda 2015 apunta que deben reconsiderarse las características específicas de cada premio y señala que dentro de las premiaciones de teatro mexicano hace falta cuestionarse “qué es lo que está buscando cada premio, cuál es la particularidad de ‘ese’ premio. Supongo que a partir de concretar qué se quiere estimular con cada uno, las bases van a responder a su necesidad”. Y subraya “creo que tener bases generales para todo, no es la mejor manera de poder hacer que los premios cumplan una función, que es estimular la creación”.
Para Santillán, un buen funcionamiento de los premios de teatro otorgados a los dramaturgos sería que los mismos premios se preocuparan por la producción de las obras galardonadas, “debería hacerse un programa en el cual las obras lleguen a escena”, apunta.
Finalmente, Enrique Olmos subraya “lo más importante de un premio de dramaturgia es el prestigio […] evidentemente está el dinero, la puesta en escena, el libro, pero eso me parece secundario. Creo que lo más importante de un premio es la honorabilidad de ser seleccionado para llevar el nombre de Mancebo del Castillo, Manuel Herrera, Rascón Banda…”.
Premios de dramaturgia en México (ANEXO)
- Premio de Dramaturgia Juan Ruiz de Alarcón, convocado por la Secretaría de Cultura, por medio del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura, y el Gobierno del Estado de Guerrero.
- Premio Nacional de Dramaturgia Joven Gerardo Macebo del Castillo, convocado por el Centro Cultural Helénico y el Programa Cultural Tierra Adentro.
- Premio de Dramaturgia Joven Vicente Leñero, convocado por la Secretaría de Cultura de la Ciudad de México, a través de la Coordinación del Sistema de Teatros,
- Premio Nacional de dramaturgia Víctor Hugo Rascón Banda, convocado por el Consejo para la Cultura y las Artes de Nuevo León, el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes y la Universidad Autónoma de Nuevo León
- Premio Bellas Artes Baja California de Dramaturgia, convocado por La Secretaría de Cultura, a través del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura, y el Gobierno del Estado de Baja California, por medio del Instituto de Cultura de Baja California
- Premios estatales de cuento, poesía, crónica, novela, ensayo y dramaturgia Ciudad de La Paz 2014, convocado por el Instituto Sudcaliforniano de Cultura
- Premio Estatal de Dramaturgia, convocado por Telar Teatro A.C. y Tifón Ediciones
- Premio de Dramaturgia Juan Ruiz de Alarcón, convocado por la Secretaría de Cultura, por medio del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura, y el Gobierno del Estado de Guerrero
- Premio Nacional Manuel Herrera de Dramaturgia, convocado por el Gobierno del Estado de Querétaro, a través del Instituto Queretano de la Cultura y las Artes.
- Concurso Nacional de Dramaturgia Altair Tejeda de Tamez, convocado por el Gobierno del Estado de Tamaulipas, a través del Instituto Tamaulipeco para la Cultura y las Artes y el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes.
- Premio Nacional de Dramaturgia Emilio Carballido, Universidad Autónoma de Nuevo León
Concurso del Libro Sonorense Dramaturgia y novela, convocado por Gobierno del Estado de Sonora - Premio Nacional “Manuel Herrera” de Dramaturgia, convocado por Instituto Queretano para la Cultura y las Artes (IQCA)
- Premio Nacional de Dramaturgia, convocado por el INBA
- Premio de Dramaturgia “Memorias de los caminos” de IBERESCENA e IBER-RUTAS, proyecto de sinergia entre el Fondo de Ayudas para las Artes Escénicas Iberoamericanas (IBERESCENA) y el Programa “Fortalecimiento de rutas de derechos e interculturalidad en la migración iberoamericana” (IBER-RUTAS).
- Premio de Dramaturgia Juan Ruiz de Alarcón, convocado por la Secretaría de Cultura, por medio del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura, y el Gobierno del Estado de Guerrero
- Premio Nacional de Dramaturgia Universitaria Hugo Salcedo, convocado por la Universidad de Guadalajara, a través de Cultura UDG y el Centro Universitario del Sur (CUSur).