Por Gina Fierro/ En el marco de la XXXVII Feria Internacional del Libro del Palacio de Minería, el dramaturgo mexicano David Olguín, autor de obras como La representación, La inocencia y La belleza, presenta el libro Los conjurados. Basado en la obra del mismo nombre, el autor lleva al papel un montaje que construyó con los alumnos de la generación 2009-2013 del Centro Universitario de Teatro de la UNAM.
Temas como el reencuentro de los jóvenes con la política, la herencia del dadaísmo, la crisis de las izquierdas y la banalidad de la sociedad del espectáculo son algunos contenidos con los que Olguín concibe Los conjurados.
La obra expone el descontento social a través de las rebeliones juveniles, en un ambiente en el que el intento de los activistas por encontrar un cambio es constante, “eso fue lo que nos propusimos trabajar, había un tema y un punto de partida. Me hallé a 18 personas de teatro, absolutamente entusiastas, entregadas y generosas que fueron mis cómplices en esta aventura”, señaló el dramaturgo.
Dicha publicación representa la preservación del repertorio teatral mexicano, a lo que el dramaturgo expresó: “Hoy en día, México es uno de los países que más publican teatro en Iberoamérica, yo creo que a la par de España, ni siquiera creo que en Argentina publiquen tanto teatro como se hace en nuestro país. Creo que eso al paso del tiempo va a darnos un corpus muy importante en el sentido de repertorio posible […] no sé en qué medida tengan valor los textos que hacemos, eso lo dirá el tiempo”.
Durante la presentación del libro, dirigida por Raúl Bravo y Juan José de Giovannini, Olguín compartió con el público aquellas razones por las que una versión impresa de Los Conjurados fue particularmente necesaria. Una de las principales razones por las que el escritor decide publicar su obra fue “el entorno social mexicano, era una nostalgia de algo que me tocó vivir con mucho miedo, un miedo clarísimo […] Yo crecí en la colonia Guerrero en la calle de Héroes que da justamente a Tlatelolco y recuerdo asomarme a la ventana el 2 de octubre o un día antes, no estoy seguro, y ver los tanques como si fueran mis tanquecitos (de juguete). Recuerdo ver el pánico de mi familia, el terror que tenían las clases medias frente a la idea de la corrupción social, un miedo muy metido en los huesos que se nos quedó 40 años”.
La publicación, impresa con el apoyo de Ediciones La Rana y Cosa de Muñecas Editorial, muestra en su portada a una ballena, inspirada en el pasaje bíblico de Jonás y la ballena. “La idea era meternos en un viaje al interior de la ballena haciendo eco a los leviatanes del estado y a una revisión de un sueño utópico y desesperado”, concluyó el autor.
