Por Enrique Saavedra/ Cuando a mitad del espectáculo escuchamos una versión en ukelele de “Stand by me”, sabemos que, a pesar de todos los desencuentros a los que se enfrenta la pareja protagónica, estamos ante una apología, si no del amor, sí del simple hecho de que dos personas han decidido estar juntas, con todo lo que eso conlleva, para bien de uno y para mal de otro, y viceversa. Lo demás, es mero pretexto para reír mucho y reflexionar otro poco.
Creada a partir de un texto de Marcos Radosh, Aloha love es un montaje de la compañía Uzume Teatro, cuyo trabajo anterior, Puro amor, aborda este tema universal a partir de sketches de clown, stand up y cabaret. Actualmente se presentan en temporada ambas obras, una seguida de la otra, lo cual permite disfrutar de los distintos formatos bajo los cuales trabaja esta compañía dirigida por Paloma Mozo, quien si bien en Aloha Love recurre a estas técnicas y géneros, se concentra en una sola historia: la de los novios que viajan a una isla desierta antes de su boda, a fin de acabar de… o empezar a conocerse.
Las pequeñas historias y anécdotas que componen el común denominador de las relaciones de pareja están aquí, vertidas con un realismo tal que raya en el absurdo y divierten. Las diferencias, discusiones, pleitos, silencios incómodos y fantasías inexpresadas que distinguen a cualquier pareja de novios logran plantearse sobre la escena desde el arquetipo y no desde el estereotipo, lo cual permite al espectador tomar distancia y, al mismo tiempo, identificarse con esa pareja llena de dudas, temores y sentimientos encontrados… y amor. Y entrar en su delirio.
A través de chistes, juegos y canciones los novios intentan resolver el porqué, si al parecer son incompatibles, desean estar juntos y casarse hasta que la muerte los separe. Mientras el matrimonio y la mortaja llegan, Paloma Mozo propone un sutil equilibrio entre la comedia desaforada que sostienen en sus diálogos y la tragedia íntima que a través de monólogos develan los personajes, que son abordados con el generoso humor y el encanto que caracterizan a Adriana Montes de Oca y el propio Marcos Radosh, sólidos actores y comediantes cuya presencia en escena evoca a la de un par de ilusionistas.
Bajo la producción de Jimena Saltiel, Aloha Love se presenta enseguida de Puro Amor –en donde al humor de Adriana y Marcos se suma el de Randú Ramírez–, al menos en esta temporada. Ojalá sigan presentándose en programa doble para que el espectador, ya sea que vea una o las dos, constate que a pesar de todo lo que está ocurriendo en este tiempo y en cualquier lugar, como bien lo cantan Los Beatles, el amor es todo lo que uno necesita. ¿O no?
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