Por Oscar Ramírez Maldonado / En una época en la que abundan los efectos especiales y superproducciones cinematográficas de thriller y suspenso, abordar estos géneros desde el teatro con éxito se antoja difícil. Sin embargo, actualmente se encuentra en cartelera una puesta en escena que lo logra y lo hace de maravilla. Se trata de La pequeña habitación al final de la escalera, un thriller que transita del misterio a lo psicológico, manteniendo al espectador al filo de la butaca a cada instante.
Escrita por Carole Frétchette, dramaturga originaria de Montreal, y dirigida por Mauricio García Lozano, esta obra –nos dice el propio director- habla sobre el misterio de lo desconocido y sobre lo que no se puede explicar. Es, señala García Lozano, una obra sobre la pulsión de lo prohibido y la relación que el ser humano establece con ello una vez que lo ha obtenido; pero también es, explica, una puesta en escena sobre “ese dolor interior que todos guardamos dentro, que no queremos compartir, y que en un momento dado encuentra un espacio cerrado, a lo mejor así al final de una escalera secreta, que de repente se ve expuesto”.
Una escenografía innovadora y simple, que renuncia al volumen para a través de la luz darnos la sensación de habitaciones y corredores, creación de Jorge Ballina, es el espacio en el que de manera magistral Karina Gidi interpreta a Gracia, una mujer que vive rodeada de lujos en su enorme casa. Su amoroso esposo, Enrique –interpretado de forma impecable por Carlos Corona-, solamente le ha prohibido que se acerque a una pequeña habitación al fondo de una escalera. Una vaga reminiscencia al cuento Barba Azul, de Perrault, nos hace pensar en los terribles secretos que ese pequeño sitio puede ocultar y que de manera irremediable atraen a Gracia.
El resto del elenco es estupendo y nos sumerge en un ambiente en el que algo amenazador flota; Verónica Langer (la madre), Gabriela Pérez Negrete (el ama de llaves) y Alieen Hurtado (la hermana), crean un sólido “andamiaje” en el que los protagonistas se apoyan para construir ese halo de misterio. De manera natural, los acordes de la guitarra en vivo de Carlos Larrauri, llenan el espacio escénico para dar, precisos, la última vuelta a la tuerca en esta excelente obra.
La habitación al final de la escalera se presenta en La Gruta del Centro Cultural Helénico todos los lunes. Aquí pueden consultar más información de la obra (Dirección del teatro, horario, boletos, etc.).
