Si te gustan las historias potentes con tramas desgarradoras, no te puedes perder Cómo aprendí a manejar, una obra valiente que habla de temas complejos y delicados, de forma ingeniosa y terriblemente encantadora que te dejará sin aliento.

Oscar Uriel y Woo Films se unen para traer este montaje que cuenta con la dirección y traducción de Angélica Rogel, para hablarnos del abuso sexual, la manipulación emocional y las vicios al interior de las familias, donde todo era permisible.

La historia sigue a Cosita, una joven que reflexiona sobre su relación con su tío Peck y los oscuros secretos que marcaron su infancia y adolescencia, mientras su tío le daba lecciones de manejo.

La obra comenzó su temporada este viernes en el Foro Lucerna del Teatro Milán, y aquí te damos 3 razones para que compres tu boleto, te garantizamos que será toda una experiencia:

1. Su autora. Paula Vogel es una autora mundialmente reconocida. Recientemente, fuimos testigos de su obra Indecente, que se llevó varios premios en nuestra comunidad teatral. En esta ocasión, nos presenta una historia que explora cómo las cicatrices del pasado persisten en nuestro presente. Se trata de un texto incisivo y conmovedor que nos revela cómo las emociones complejas y los secretos familiares pueden crear una atmósfera opresiva. Con Vogel equilibra la gravedad de estos temas con momentos de humor y humanidad, ofreciendo una experiencia teatral poderosa y emotiva.

2. Un elenco redondo. Los actores Cassandra Ciangherotti y Juan Carlos Remolina son los protagonistas de este montaje. Desde que comienza la función, ambos logran sumergirnos en la ficción, presentando personajes tridimensionales y realistas. Mahalat Sánchez, Pablo Perroni, Vaita Sosa y Luz Olvera completan el elenco, interpretando a la mamá, la tía, el tío, el abuelo, la abuela y el mesero. Estos personajes aportan un toque peculiar a la trama, ignorando en ocasiones situaciones inapropiadas y, en otras, mostrando las típicas conductas retrógradas propias del seno familiar.

3. Momentos de risa deliberada. La obra se distingue por su estructura no lineal, su mezcla de humor y tragedia, y su capacidad para provocar una reflexión profunda en el público. Este enfoque no convencional en la narración, mantiene a la audiencia enganchada y permite una comprensión más profunda de los personajes y sus motivaciones, confundiendo deliberadamente los sensores morales del espectador.

Estamos ante una obra vigente y universal, que te dejará con innumerables reflexiones y cuestionamientos, invitándonos a navegar por nuestras propias memorias,. Las funciones son de viernes a domingo, hasta el 18 de agosto, en el Foro Lucerna del Teatro Milán, consulta horarios, precios y descuentos, aquí.

Por Itaí Cruz, Fotos: Alberto Hidalgo, cortesía Producción

No dejes de recibir en tu correo, Facebook o Twitter toda la información y los estrenos de las obras de teatro de la Ciudad de México.