Fotos: Zoombie Films
Por Saúl Campos/Doña Inés, la hermana del gran inquisidor de la Nueva España, es la encargada del orfanato para señoritas adolescentes, así como del coro femenino del mismo. Todo pareciera en orden, a no ser porque la mujer sostiene una relación lésbica con una de las huérfanas, quien además guarda un terrible secreto para la época en la que vive: Es judía. Decidida a salvar a su amor, Doña Inés accederá ante los favores del médico de la Inquisición, quien además de sostener otro secreto, cambiará la relación entre ambas mujeres para siempre.
De la pluma de Isaac Slomianski, el Foro Lucerna presenta Amor Oscuro, producción correspondiente a los EFI Teatro otorgados para el año en curso, bajo la dirección de Víctor Weinstock y un elenco encabezado por Ana Karina Guevara (Alternando con Sonia Franco), Gastón Yanes, Fernanda Albarrán y Natalia Pérez como ejecutante musical. Una obra tan compleja su título y no precisamente en términos favorables.
Sucede que si uno se concentra en el texto, estamos frente a una novela de tiempos de la Colonia que francamente poderosa, con un sustento histórico muy interesante y una propuesta de conflicto que sin problema podría afanarse al contexto histórico y social contemporáneo. Realmente lo que Slomianski propone ejecutar bajo sus letras podría ser un montaje lejos de polémico: astuto y que lograría despertar en su audiencia una conversación más allá de los temas obvios y poco circunstanciales, lo cual desgraciadamente, se queda en una aspiración vaga y no logra concretarse.
Si bien, no es un texto perfecto y por momentos confunde su comedia oscura dentro de una matriz dramática bastante fija, además de llegar a un desenlace poco sustancial con respecto al resto de su composición dramatúrgica. Aún así, podría sostenerse, pero algo sucede bajo la visión de Víctor Weinstock, que lejos de aterrizar todo en un tono correcto, sencillo, que lleve todo a un buen puerto, se ve envuelto en una mezcla de realismo, mezclado con posdrama y coreografía que no deja claro el mensaje que la obra tiene para sus espectadores.
Apoyada sobre una escenografía en lienzo blanco de pasarela que construye un videomapping que no nos sitúa en ningún lado físico o metafórico, la escenotecnia rompe homogeneidad o pertenencia en cuanto los intérpretes aparecen ataviados en perfectos vestuarios ad hoc a la época, que terminan por no brillar ante una iluminación que no cambia de 3 ambientes y se antoja somnífera desde el primer cuadro.
Ahora, hay un tema grave dentro de todo este espectáculo que realmente debería de ser la urgente corrección a llevarse, y es que la representación del lesbianismo, si bien busca ser reconocida como un acto puro, parece dejar de lado un delito claro en el tenor actual (al que hace guiños en diversas ocasiones) como lo es el estupro, algo que si bien el autor apunta dentro del texto, el director parece elogiar y defender de una forma bastante extraña que pareciera ser no era su intención, pero ahí está.
Seguramente la actuación de Ana Karina Guevara será un lujo de presenciar como la líder del barco en las tablas, ya que los momentos en que extrañamente la producción decide proyectar su rostro sobre la escenografía para interpretar la lectura de una carta (A pesar de que Sonia Franco está del otro lado del escenario interpretando al mismo personaje… así de raro) dejan en claro que es un personaje que puede llevar al rincón más endeble y más oscuro, algo que el resto del elenco no logra despegar y se siente sobreactuado.
Amor Oscuro, es un claro ejemplo de una gran idea, con una ejecución lejos de la perfección, y que a alturas de un EFI Teatro, honestamente no es justificable, pero que sin embargo, podría brindar un momento de entretenimiento.
