La mañana debe seguir gris es una obra nostálgica que nos habla desde otro tiempo. Se trata de una historia de amor, juventud y descubrimiento. Basada en la novela homónima de Silvia Molina, la Compañía Nacional de Teatro presenta este montaje bajo la dirección de Sandra Félix, adaptado por la propia directora y Angélica Amparán Román.

A casi medio siglo de su publicación en 1977, la novela de Silvia Molina tiene dos caras que se muestran ante el espectador. Por un lado, un mundo que ha dejado de existir – la obra y la novela se ubican a finales de 1969 y principios de 1970 -, por el otro, el siempre vigente ímpetu de la juventud, y la maravilla que significa el descubrir un mundo inabarcable.

El montaje es una especie de diario íntimo sobre el amor juvenil, la fragilidad de la vida y el enigma de la muerte. Con una carga autobiográfica Silvia Molina narra el amor entre una joven mexicana que está viviendo un tiempo en Londres y un poeta, mexicano también. Ambos viven una historia de amor a pesar de la diferencia de edades. Están absortos ante el mundo que están descubriendo, sin embargo, la inesperada muerte del poeta interrumpe este amor. La protagonista nos habla de este suceso desde el principio, a pesar de ello, del drama que late en esta historia, se trata de una narración con guiños divertidos, más que desgarradora es una obra de nostalgia.

La historia escrita por Molina, ganadora del Premio Xavier Villaurrutia 1977, ha conectado y acompañado a distintas generaciones. Es una obra que nos sirve, además, para redescubrir a José Carlos Becerra, poeta tabasqueño que a los 33 años vio interrumpida su vida “estúpidamente en un barranco”, como escribió en una carta Mario Vargas Llosa. Becerra era una de las grandes promesas de la poesía mexicana y murió en un accidente de auto el 27 de mayo de 1970 en un accidente de auto en Italia. Un autor, cuyo libro de poesía La relación de los hechos, consideró el poeta y novelista José Lezama Lima, “causa la impresión de una ciudad en la que se llega en el sueño y después se torna implacable y conocida”.

Becerra es autor de poemas como El otoño recorre las islas, uno de cuyos versos resuenan en el montaje: “A veces tu ausencia forma parte de mi mirada, / mis manos contienen la lejanía de las tuyas / y el otoño es la única postura que mi frente puede tomar para / [pensar en ti”.

Aquí te decimos tres razones para ver La mañana debe seguir gris.

1. La poesía de José Carlos Becerra. Los personajes en esta novela existieron. Becerra fue, según escribió Octavio Paz en el prólogo de Poesía en Movimiento, un poeta de una “seguridad pasmosa”. Se trataba, dijo el Nobel mexicano, de una “mirada ardiente del fuego, del lingote al rojo blanco”. Más tarde, Paz agregaría en una carta escrita a Becerra en 1967 que su poesía tenía intuición e instinto, “la mirada que ve el otro lado de la realidad”. La obra, además de versos de Carlos Pellicer, tabasqueño también, está llena de poemas y versos de Becerra.

2. Una visión sobre una época que revolucionó al mundo. A lo largo de la obra, a partir de la historia fugaz de un primer amor, podemos sentir una sociedad que se debatía entre el conservadurismo y la rebelión juvenil. Es la época de la guerra de Vietnam, la libertad sexual, Los Beatles y lo que el verano del 68 dejó tras de sí. Es una historia que nos habla de autodescubrimiento, de cambio, de libertad y pertenencia.

3. Una mirada nostálgica bien ambientada. Los años sesenta del siglo XX dejaron una serie de imágenes, símbolos y sonidos que inmediatamente nos remiten a ellos. El diseño de vestuario de Libertad Mardel, la ambientación sonora de Edwin Tovar y la iluminación de Kay Pérez nos llevan al momento histórico y al lugar geográfico de esta historia: Londres a finales de los años 60. Despiertan la nostalgia de quienes vivieron esos años. En quienes no lo hicimos, despiertan esa otra nostalgia de la que habla Alessandro Baricco en Seda, por “algo que no vivirás nunca”.

Así que ya lo sabes, este montaje es para ti si te gusta la poesía, la novela y eres un enamorado de aquellos años que significaron una nueva manera de ver el mundo. Se presenta en la sala Héctor Mendoza de la Compañía Nacional de Teatro en Coyoacán.

Para más información del montaje, horarios y boletos, haz clic aquí.

 

Por Óscar Ramírez Maldonado. 

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