Por Alegría Martínez/ Delgada, frágil y descalza, la Yerma creada por Federico García Lorca hace 90 años, arrastra todavía el fósil de su esperanza. Los personajes -bajo la dirección del francés, Jean Guy Lecat, quien trabajó 25 años con Peter Brook- aparecen sobre el escenario como si salieran de los cuatro muros que los contienen hacia un ámbito desértico, onírico y estético, ante un telón árido y entre lienzos que iluminan siluetas en fuga.
Lecat, autor de entornos teatrales para la compañía de Brook, durante sus giras a través de cuatro continentes, artista que desde 1967 ha participado en más de cien producciones teatrales, vio por primera vez Yerma, en 1971, protagonizada por la actriz española Nuria Spert en Madrid, donde la puesta en escena celebró más de dos mil representaciones.
Más de cincuenta años después de esa función que aún recuerda, el diseñador de escenografía, iluminación, director y vestuarista, estrena Yerma, interpretada por un elenco en el que se encuentran: Ana De Los Riscos, Assira Abbate, Sergio Bonilla, Karla Bourde, Iván Carbajal. Elizabeth Guindi, Camila Selser, Paulina Soto Oliver, Cecilia Tamayo y el compositor y músico en escena, Gerardo Olivares.
Creador de escenarios prácticamente vacíos, con un mínimo estricto de elementos, Jean Guy Lecat dirige un espectáculo en el que los personajes, mujeres y hombres descalzos, vestidos con ropa sencilla de algodón, trasladan el peso de su existencia a una ligereza en su andar descalzo, entre telones que resumen amaneceres y noches de mal presagio en el campo.
Una pequeña mesa de madera azul y una silla, evocan la casa habitada por Yerma y Juan. Un antiguo costurero desplegable de madera, un madroño y un par de pañales de manta de cielo en manos de la fértil y joven María, hilvanan la plática de las dos mujeres, en la que fluye seca la obsesión de Yerma por ser madre, envuelta en deseos de libertad y de un amor desbordado que no encuentra cauce.
Chismes, cantos, humor y maledicencia salpican la escena de las lavanderas, que sobre una gran tela azul-agua, hunden su tabla de metal acanalado y madera, herramienta que limpia ropa y ánimos hasta la llegada de La vieja, experta en secretos, amores y desamparos.
Las palabras escritas por Federico García Lorca, sobre la maternidad, adquieren un distinto eco en este montaje, que con diseño de iluminación y escenografía de Félix Arroyo, viajan ante un telón de fondo en gamas de marrón y ocre en alusión al desierto que asfixia a Yerma, quien corre entre fragmentos de lienzos verticales en azul translúcido, que encubren rostros y revelan presencias.
La imposibilidad de Yerma para ser madre -que en la obra de Lorca, ella reclama a la indiferencia y la evidente lejanía de su marido- cobra un potente significado a la luz de una actualidad, en que esa obsesión se levanta como respuesta a un mandato antiguo que exige hijos para validar la existencia de la mujer a los ojos de una sociedad ciega y sorda.
Los parlamentos poéticos de Lorca, resuenan francos en voz de Ana de Los Riscos, que con su acento español enfatiza el tono espontáneo de versos y cantos. Su personaje aligera su andar en busca de ese hijo que le haría sentir viva, atrapada en guardar el honor de un matrimonio petrificado bajo la mirada condenatoria de una sociedad ufana de sus viejas costumbres.
Sergio Bonilla interpreta al marido de Yerma, Juan, personaje que carga un gran peso en su cuerpo cansado, harto de un reclamo que no comprende y que el actor proyecta en una voz grave que interroga, en una mirada que reclama la falta de paz que lo acosa.
Assira Abate, en el rol de María, matiza la alegría de una joven madre, que contrasta, eficazmente más tarde, con el temor que siente quien tiene lo que alguien más codicia.
Elizabeth Guindi en el papel de La vieja, transmite esa sabiduría amarga que no se calla, sabedora de lo que ocurre en el corazón de Yerma, en la soledad del marido, en las cuñadas y en el pueblo entero. Su personaje, el único que ofrece una opción a Yerma, de la que también obtendría algún provecho, es la voz que abre una rendija de libertad al anhelo de vida con nombre de hijo.
El director Jean Guy Lecat, respeta el poema trágico escrito por Lorca y sus canciones, a las que enriquece en su montaje con la composición musical y la presencia de su autor, Gerardo Olivares, que guitarra en mano ejecuta las notas de letras pocas veces escuchadas del dramaturgo español.
A discreta distancia la mayor parte del tiempo, Olivares hace sonar su instrumento de cuerdas hasta que interviene sonriente, en tanto músico dentro de la ficción, como un personaje más, que se desenvuelve con sencillez y naturalidad.
El peso social que marginó a Yerma, continúa hoy bajo el velo de una artificial apertura ante la maternidad, transformada en su opuesto, en una densa opresión contra las mujeres a quienes se señala cuando rechazan tener hijos, cuando eligen tener solo uno, o deciden ser libres, como si ser madre fuera un mandato. Y aquí las palabras de Lorca se engrandecen.
Yerma, calificada por la prensa española, entre 1934 y 1936, como una obra “Inmoral y pornográfica”, evidencia un debate vigente, que el montaje de Lecat valora y exalta mediante una estética poética enfocada en el rastro que dejan las palabras, la música y la luz, por encima de las acciones, la opresión y la violencia que en este caso ejerce una mujer arrinconada.
Federico García Lorca, asesinado presumiblemente en la madrugada del 18 de agosto de 1936, definió su postura ante la prensa con motivo del estreno de su obra Yerma: “luchar para seguir conservando la independencia que me salva… Para calumnias, horrores y sambenitos que empiecen a colgar sobre mi cuerpo, tengo una lluvia de risas de campesino para mi uso particular”.
Yerma cuenta con producción de Artes Hartas y en Llamas Producciones. Escenografía e iluminación de Félix Arroyo. Vestuario de Giselle Sandiel. Composición musical y músico en escena: Gerardo Olivares. Producción general Samuel Sosa, Ana De Los Riscos y Arturo Barba; producción ejecutiva de Omar Flores López y Débora Montiel; asistencia de dirección y director residente, Óscar Casanova.
Para más información de Yerma, da clic aquí.
Fotos: Producción
Van a venir a Asturias?.
Estamos en Mieres con un Ayuntamiento de IU, somos mayores para ir a Madrid y nos encantaba Nuria Esper.
Hola, María! Gracias por contactarnos, desconocemos si la producción mexicana tenga planeado ir a España, Saludos.