Por Luis Santillán/ Zoe Kazan es una actriz y guionista norteamericana, en 2014 presentó Trudy y Max se enamoran. En su texto Kazan plantea el encuentro entre una escritora de novela juvenil y un exitoso novelista; iniciando con la casualidad de compartir el espacio de trabajo hasta establecer la dinámica emocional anunciada en el título.

Lo relevante sucede en las situaciones. Kazan trabaja con una estructura de pieza, los personajes son atractivos, los momentos son el gancho de interés, su escritura aprovecha los elementos de sitcom para lograr empatizar con el público.

La puesta en escena en México la producen Barbara Singer y Zayde Aullet, la dirección es de Yulleni Vertti. Vertti hace un trabajo sobresaliente, propone una obra ágil, dinámica, divertida, donde el interés del público se estimula constantemente por la propuesta de dirección.

Vertti emplea el trazo escénico de manera precisa para desarrollar situaciones y rasgos de los personajes; hay decisiones brillantes (quizá tomadas en conjunto con su equipo creativo y elenco) que le dan a la escena un toque de cuidado sobresaliente. Es sutil, pero absolutamente eficaz, como el cambio de playera de Max donde integra el color rojo; los juegos que se crean a partir del dispositivo escenográfico; la manera en que hilvana cambios de escena, la dirección actoral.

Es necesario resaltar el uso de la proxemia (distancia habitual en las relaciones interpersonales) porque se establece como un lenguaje escénico muy poderoso para contar la historia.

Mariana Cabrera e Ignacio Riva Palacio construyen los personajes complementarios, aquellos que funcionan para la creación de espacios, los que funcionan de soporte. Riva Palacio destaca por la capacidad actoral, con lo mínimo propone distintas entidades, cada una con características que enriquecen los momentos, da la impresión de que disfruta cada aparición y el público se contagia de ese disfrute; da muestra de su gran capacidad actoral.

Zayda Aullet crea a Trudy, le brinda una energía que se establece como cualidad del personaje, un gran logro porque es una excelente síntesis de sus características, mismas que entran en choque con el personaje de Max, interpretado por Miguel Soto. El trabajo de Aullet destaca por lo que le aporta al personaje.

El trabajo del elenco es bueno, son un equipo que sostiene la escena de manera constante, que crea estados emotivos totalmente compartidos hacia el público, que construye una comedia donde cualquiera puede verse reflejado.

Quizá la parte menos solida del proyecto -paradójicamente- es el texto. Vertti provoca que se disfrute plenamente la puesta en escena; aun cuando hay un momento donde da la sensación de repetición, de agotamiento (no por la escena sino por el trabajo de la dramaturga) la dirección hace brillar a la autora; muestra de los logros de la dirección.

Trudy y Max se enamoran es una propuesta aparentemente sencilla, de esa sencillez que solo puede existir porque hay un proceso de creación complejo, demandante, colaborativo; es una propuesta que disfruta el público, que gratamente se construye entre dirección y elenco dando como resultado una obra muy recomendable.

La obra se presenta los martes de julio en La Teatrería, ubicada en Tabasco #152, Colonia Roma, consulta horarios y precios, aquí.

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