Por Kerim Martínez/ Los musicales de rocola son espectáculos teatrales que cuentan historias a partir de enlazar canciones populares que pueden provenir de un solo artista, de un grupo musical o de una época específica. Lo que se narra en ellos puede ser una trama original o estar basada en la historia de los propios músicos.
Entre los ejemplos que han trascendido internacionalmente se encuentran: Mamma Mia, que integra canciones del grupo sueco ABBA; Jersey Boys, que narra la historia del grupo The Four Seasons; We Will Rock You, basado en las canciones de Queen; Rock of Ages, que se enfoca en el rock clásico de la década de 1980, y Hoy No Me Puedo Levantar, basado en las canciones de Mecano.
En México, el mayor caso de éxito en este rubro corresponde a José Manuel López Velarde, quien desde 2009 presenta la obra Mentiras, el musical, cuyo hilo conductor son los éxitos de artistas icónicos de los ochenta, como Yuri, Emmanuel, Lupita D’Alessio, Daniela Romo, Dulce, Amanda Miguel, entre otros.
En 2023 se estrenó una nueva versión del mismo (bajo la producción de Alejandro Gou, Ari Borovoy, Jack Borovoy, Óscar Carnicero, Sonia Salvador y López Velarde) además de Mentidrags (la versión drag) y un show titulado Mentiras, el concierto. Estos espectáculos juntos crean un universo expandido que permite a los fanáticos disfrutar de la música y la narrativa de diferentes maneras y desde distintas perspectivas.
Este año, la sorpresa es que este multiverso se extiende y de la mente de López Velarde surge La Vida Es Mejor Cantando, un nuevo musical de rocola que tiene como eje principal los primeros éxitos del grupo Timbiriche (abarca desde la niñez hasta la adolescencia del grupo).
Micky y su mejor amiga Chispita descubren la forma de viajar al pasado gracias al fiel compañero de la niña, apodado “el gato rocanrolero”. Ahí se dan cuenta de cómo eran los jóvenes en la época de los ochenta y Micky descubre que su papá, Benny, era parte de una banda llamada Timbiriche, que amaba la música y que iba a concursar en un famoso programa de televisión. Micky también sueña con ser un músico importante, solo que la comunicación con su papá no es la más afortunada. En este extravagante viaje, Micky y Chispita se enteran de cosas que nunca habrían imaginado.
Al dar la tercera llamada, se escucha la introducción de uno de los LP del grupo musical, lo que causa gran entusiasmo entre los fanáticos de la agrupación. Inmediatamente comienza una gran fiesta de luces y sonido que atrapa a la audiencia.
El escenario está enmarcado por luces LED y, en la parte superior, hay un enorme letrero con la leyenda “Mentiras presenta”, lo que indica que el público ya está adentro del multiverso de López Velarde. Esto se logra no solo al transportar a los espectadores a los ochenta, sino también porque Dulce D’Alessio, uno de los personajes de Mentiras, aparece en este nuevo musical, con el rol de maestra de secundaria y consejera de Benny, Sasha, Alix, Paulina, Mariana y Diego.
La escenografía de Mentiras, el musical, diseñada por Jorge Ballina, se integra perfectamente con esta propuesta y contribuye a unificar el concepto del “multiverso” mencionado anteriormente. El diseño de iluminación de Lec Pablo Gutiérrez y Soho Ávila es dinámico y ayuda al público a sentirse como en un concierto. Sin embargo, en algunos momentos podría ser beneficioso cerrar ciertas áreas para dirigir mejor la atención del público hacia quienes llevan la acción dramática en ese momento, evitando distracciones innecesarias en el escenario.
El vestuario, a cargo de Estela Fagoaga, cumple claramente con la función de diferenciar las dos épocas en las que se desarrolla el musical. Es llamativo, funcional y evoca nostalgia, especialmente al mostrar los uniformes del grupo y otras sorpresas escénicas durante el concurso de canto.
El mayor acierto del montaje fue la elección del elenco juvenil. Desde el inicio de la función, la energía en el escenario es muy alta. cada actor brilla y define claramente su personaje y su rol en la trama.
En la época presente, el desempeño escénico de Ilay Perales (Micky) y Marián Guzmán (Chispita) es sobresaliente. En la época pasada, Osobampo (Benny) y Ana Sofía Cordero (Mariana) deslumbran en cada número musical. El ensamble se forma con entusiasmo, donde todos trabajan para garantizar que el espectáculo sea lo mejor posible y cumpla su objetivo: entretener a la audiencia y reinterpretar las canciones de Timbiriche con una calidad excepcional (incluso mejor que las grabaciones originales de la agrupación).
Miranda Labardini logra diferenciar cada uno de los personajes que interpreta con gran habilidad, mostrando ser una verdadera camaleona. Por otro lado, Mariajosé Brunet encarna a la maestra Dulce de manera empática, recordando al estilo de la famosa maestra Jimena de la telenovela Carrousel.
Esta nueva historia de López Velarde fluye y en ocasiones resulta hilarante; sin embargo, en algunas partes parece forzada. El presente utiliza muchos estereotipos para destacar los cambios drásticos que los jóvenes han experimentado en las dos épocas propuestas.
La primera parte de la obra se vuelve larga y el público tarda en comprender qué están comunicando los actores; afortunadamente, los números musicales son muy atractivos y las coreografías de Clemente Vega son sencillas y graciosas, lo que hace que el tiempo pase rápido.
Una vez que la audiencia viaja al pasado y conoce a los amigos que sueñan con el triunfo de su grupo musical, es cuando realmente empieza la obra. Todo este desarrollo es atractivo y la trama funciona bien. Hacia el final de la obra, hay algunos giros dramáticos que carecen de lógica y se incluyen dos canciones que intentan resaltar momentos melodramáticos de los personajes, pero que al final ralentizan la obra.
Como siempre, algo acertado del dramaturgo y director son los numerosos chistes y referencias ochenteras de la cultura pop que llevan al público a la nostalgia de los recuerdos. Sería beneficioso que sus personajes del 2024 dialogaran con mayor naturalidad y que sus referencias actuales no sonaran tan impuestas.
La Vida Es Mejor Cantando es un espectáculo colorido y muy placentero que incluye más de treinta canciones de una de las bandas pop más famosas de México. Su público objetivo es amplio; funciona para varias generaciones. Los llamados “chavo-rucos” la pasarán increíble, mientras que los más jóvenes podrán disfrutar viendo todas las posibilidades artísticas que se presentan en el escenario.
La obra se presenta sábados y domingos en el Teatro Aldama, consulta horarios, precios y descuentos, aquí.
Fotos: Cortesía Producción
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Leer fue tedioso, verla debe ser peor.