Por Mariana Mijares/ Como el primer espectáculo de magia que se presenta en el Teatro Helénico, La desilusión de la ilusión nos invita a creer en la magia, pero también a enfrentar la desilusión que puede esconderse detrás de ella.

Con solo un actor y tres músicos, la propuesta escrita por Javier Rendón Tovar y Carlos Renotv lleva a los espectadores a un espectáculo que resulta, al mismo tiempo, un show de magia, una obra de teatro con una trama y, por momentos, hasta un musical en que el protagonista expresa sus emociones cantando.

Todo comienza con la entrada de un mago (interpretado por Javy Poker), quien desde el primer instante nos recuerda que la verdadera magia no se trata de solo decir “abracadabra” o de agitar una varita. Convertirse en mago requiere de meses, o años de dedicación, y cualquier error podría traer consecuencias terribles.

A lo largo de la obra, el protagonista va compartiendo su historia como descendiente de una familia de magos, pues su abuelo y otros miembros de su clan se dedicaba a este arte. Sin embargo, revela que el secreto de sus padres no residía en los trucos.

La verdadera magia de mis padres era afrontar las dificultades con amor”, comparte en una frase que seguramente resonará con el público.

En su relato, también evoca a su hermano, quien tenía su propia magia: la de pintar. Así, el protagonista sigue narrando episodios de alegría, conflictos, decepciones y sorpresas que experimentó en su vida familiar y cómo salió adelante, reflejando situaciones que el público podría sentir cercanas.

Además de ser emotiva, esta obra coescrita, dirigida y producida por Javier Rendón Tovar destaca además por su interacción con el público, quien no solo observa, sino que participa activamente en el show, integrándose al desarrollo de la trama. Por ejemplo, el mago pide que levanten la mano los que se consideran ‘pobres’ y luego juega con ese concepto; o posteriormente, cuando pide a los elegidos por medio de una carta de baraja (entregada a la entrada) que se pongan de pie y le digan un número. Más adelante, ese número se volverá importante en la trama.

Además de acompañar la obra con melodías en vivo, los tres músicos: Fores Basura, David Almaga, Carolina Ome y Bryan Basuro (que alternan funciones) funcionan como relief cómico, matizando con sus acordes reacciones a los comentarios del protagonista o tocando canciones que enfatizan una idea; por ejemplo, cuando éste les pide ‘Tocar en un tono más azul’ y ellos eligen tocarle el tema El listón de tu pelo de Los Ángeles Azules, arrancando las risas de la audiencia.

Los músicos realmente demuestran gran habilidad al tocar bajo y batería; pero también, versatilidad al tocar otros instrumentos como acordeón y hasta una melódica (una especie de piano con popote).

El vestuario, a cargo de Daniel González, también aporta una identidad especial a este mago, que viste una gabardina en tonos grises, un chaleco vino y un corbatín, de los cuales se burla en algún momento diciendo “parezco muestrario de la Parisina”, volviendo a enfatizar el humor en la obra.

La iluminación de Alfredo Márquez (también en la Producción Ejecutiva) suma igualmente a la propuesta, especialmente con un instante en el que decenas de focos logran un cuadro realmente mágico hacia el final de la obra.

Como un bonito espectáculo que combina trucos, emociones y humor, La desilusión de la ilusión recuerda que el amor puede ser la magia más potente, y sobre todo, que todos tenemos una ‘chispa’ para hacer de la vida un acto verdaderamente mágico.

Para más información de La desilusión de la ilusión, da clic aquí.

Fotos: Luis Quiroz