Para divertir a chicos y grandes, llega la cartelera, Dinorockers: volver a ser niño, una obra que busca despertar la imaginación del público, todos los sábados hasta el 28 de diciembre en el Teatro Xola Julio Prieto.
Bajo la dirección de Evan Regueira, la propuesta de Talia Yael cuenta con las actuaciones de Santiago Aray, Tomás Ramírez Velasco, Priscila Tuero, Carolina Perezcano, Diego Yaru, Tiago Torres y Victoria Sanz, la obra combina música y una historia sobre el poder de soñar.
La trama se sitúa en los años 70, cuando Jorge, un niño de diez años, crea a tres dinosaurios imaginarios: Jimi, Mick y Queen. Estos personajes lo acompañan en diversas aventuras hasta que, al llegar a la preadolescencia y tras la muerte de su madre, Jorge pierde su capacidad de imaginar y sus amigos desaparecen.
Cincuenta y tres años después, Jorge es un hombre mayor, solitario y retirado. La visita de sus nietos, quienes encuentran los viejos dibujos de los dinosaurios, desata una serie de eventos que los llevará a revivir a los Dinorockers y a embarcarse en una aventura que busca devolverle a Jorge la capacidad de imaginar.
Dinorockers invita a reflexionar sobre la importancia de la imaginación a cualquier edad, consulta horarios, precios y descuentos, aquí.
Por Redacción
DINOROCKERS
EL DESASTRE TEATRAL QUE ABUSA DE PERSONAS Y DESTRUYE LA MAGIA DEL ESCENARIO
Fuimos a la terrible alfombra roja y presentación de La obra Dinorockers, creada, compuesta y producida por Rodrigo Aray, se presenta como una producción que intenta recuperar la magia de la imaginación infantil, pero lamentablemente falla en casi todos los aspectos fundamentales. Desde su mala dirección, hasta la lamentable actuación del elenco, con el uso del nepotismo del hijo que incluso ante su pésima actuación del niño, quedó claro que el niño carece de carisma y presencia escénica, lo que hizo difícil para el público conectar con su personaje. Sus líneas fueron entregadas de manera monótona, sin emoción ni matices, y en las escenas que requerían mayor intensidad dramática, su desempeño se sintió forzado y poco natural.
Además, su falta de formación actoral es evidente. No solo le cuesta proyectar su voz de manera efectiva, sino que también tiene dificultades para manejar el lenguaje corporal y expresar emociones con credibilidad. Estos errores constantes provocaron momentos incómodos en la obra, restando valor a las escenas clave que dependían de una interpretación más sólida.
Sin duda, este joven necesita trabajar en su técnica y recibir mayor orientación y estudios si desea continuar en el mundo de la actuación y la música, esto hace aún más evidente que esta puesta en escena es un proyecto fallido que se sostiene sobre una premisa de poco presupuesto, y denotando a una impresión nostálgica mal ejecutada.
Para empezar, la producción de Aray carece de coherencia. En lugar de guiar a los actores para que interpreten de manera convincente la delicada transición de la niñez a la preadolescencia y el dolor de la pérdida, la obra se ve plagada de actuaciones sobreactuadas y acartonadas que no logran transmitir ninguna emoción genuina. Los personajes, incluidos los “Dinorockers”, resultan insípidos y carentes de profundidad. Jimi, Mick y Queen, quienes deberían representar la imaginación desbordante de un niño, parecen más bien caricaturas sin alma, dejando al público desconectado de la narrativa.
Uno de los aspectos más preocupantes de esta producción es el evidente abuso en la explotación laboral de los niños actores y los actores además del uso del nepotismo. Según testimonios internos, los actores no solo enfrentan jornadas exhaustivas, sino que también están sometidos a condiciones laborales precarias. La producción, en lugar de fomentar un ambiente seguro y respetuoso para los más jóvenes, los utiliza como piezas descartables para capitalizar la nostalgia del público incluyendo los disfraces y botargas que usan, que más que ser una herramienta que cuide a los actores son sometidos a jornadas largas y en condiciones inhumanas dentro de esas botargas para los actores de ese intento de obra. Este tipo de trato no sólo es éticamente reprochable, sino que mancha aún más el ya fallido intento artístico de la obra.
Además, la compensación para los actores en general es paupérrima. Los involucrados, muchos de ellos jóvenes y sin representación adecuada, reportan pagos mínimos por semanas enteras de arduo trabajo o pagos por función atrasados y mal remunerados, los testimonios serán publicados proximamente, así mismo, mientras que la producción sigue exprimiendo el espectáculo desde hace meses en largas temporadas teatrales interminables. Esta dinámica no sólo es ilegal, sino que pone en evidencia la falta de consideración y respeto hacia quienes realmente sostienen el espectáculo.
El intento de llevar al público a un “mundo mágico de canciones” y despertar la imaginación de Jorge, el abuelo, se queda corto y se siente como una excusa superficial para disfrazar una narrativa mal construida. Los escenarios son pobres y repetitivos, con un ático que, en teoría, debería ser un portal surrealista hacia la imaginación, pero que en realidad solo resulta en un espacio de actuación monótono y sin creatividad.
En conclusión, Dinorockers es una producción que no solo fracasa como el desastre del año en términos artísticos, sino que está manchada por prácticas laborales abusivas e inaceptables y antiéticas. La promesa de una obra que celebra la imaginación infantil queda en el olvido frente a la realidad de un montaje desorganizado, mal actuado, demoníaco y explotador.
Carlos Conrado Perález
Un comentario mal intencionado el de un señor que no existe en redes , y que se esconde en direcciones falsas, se está investigando para llegar a él y pedir explicaciones de tanta injuria y calumnia , para tomar acción legal .
Tristeza nos dan quienes pretenden desprestigiar un espectáculo de altísimo nivel como es Dinorockers . La creación de Aray es impresionante, original mágica musical y dramática y la performance de Santiago el niño protagonista atacado sin razón alguna : es increíble , inspiradora e impactante su talento único y magistral es digno de disfrutar , compartir y aplaudir !
Impresiona la cantidad de mentiras en el comentario anterior, envídia y sobre todo mala clase , gente que no da la cara y que se esconde en prácticas penadas por la ley.
Gracias a los centenares de espectadores que han disfrutado esta primera puesta en escena de Dinorockers .
Felidades a su creador por tanta magia y talento .
La Teatreria quien produce ha hecho su mejor esfuerzo sin duda .