Por Luis Santillán/ Enrique Olmos de Ita es un autor notable por sus aportaciones al teatro de jóvenes audiencias, no solo por su dramaturgia, sino por las diferentes acciones que emprende para fortalecer esta vertiente. Ante la invitación de la Compañía Nacional de Teatro (CNT), escribe un texto donde la zona urbana, con sus edificaciones y criaturas, es un personaje relevante que acompaña a una niña en busca de respuestas.
El antipalomas. Historia multifamiliar es el texto que ofrece Olmos, y la CNT lo pone en las manos de la experimentada creadora Daniela Arroio para iniciar – ojalá – una cartelera dirigida a jóvenes audiencias.
Renata es una niña que tiene una gata llamada Vaselina y es ávida lectora de las novelas de Agatha Christie. Recientemente cambió de domicilio y ahora vive cerca del estadio donde juega su equipo favorito. Para leer, le gusta subir a la azotea; sin embargo, ahí debe convivir y enfrentar a las palomas. Pero lo realmente notable es que el edificio donde vive le habla.
El edificio E, como si fuera un prólogo, expone el día a día de su existencia: la forma en que premia o castiga a los inquilinos y su aversión hacia las palomas, muchas veces descritas como “ratas con alas”. A partir de esa coincidencia, Renata y el edificio E establecen una amistad que será clave para la investigación que la niña debe emprender.
Olmos propone un texto en el que el público colabora tal como lo haría un lector de novela policiaca: pone atención a los detalles, hilvana comentarios y formula hipótesis para ser sorprendido con la revelación. Renata es un personaje que provoca empatía, un logro fundamental para involucrar emotivamente al público.
Edwin Tovar está a cargo del diseño sonoro y la música original. Su aportación enriquece las escenas, ayuda al ritmo de la obra e intensifica los acentos emotivos. La ejecución en vivo del diseño y la música elevan significativamente toda la propuesta.
Mario Marín crea el diseño de escenografía y vestuario. Su propuesta para el espacio incluye edificios a escala y bloques que se pueden mover para crear los lugares de acción fuera del edificio central. Esto da la apariencia de un cuarto de juegos, una atractiva maqueta o incluso un programa de televisión.
La dirección de Arroio pone énfasis en el juego actoral. Cuando el elenco asume un personaje, su construcción es sólida. Destaca Marissa Saavedra por la consistencia del personaje de la madre, quien contrapuntea la visión de mundo de Renata.
El elenco permanece en escena incluso cuando sus personajes no son requeridos, formando parte de la “Isla musical”. Este cambio espacial es estimulante porque acentúa la riqueza que el teatro puede ofrecer.
Es una producción que llama la atención desde antes de que inicie la obra. Durante su desarrollo, convierte la experiencia en algo muy grato. Da la impresión de tener la fuerza para provocar en el público el deseo de volver a ver algo similar.
El antipalomas. Historia multifamiliar es una propuesta que, de manera sutil, resalta lo multifamiliar. Plantea una serie de interrogantes en los personajes que, gracias a su buena construcción, hacen eco en el público.
La propuesta de la CNT tiene todo a su favor para motivar que las familias asistan al teatro, disfruten lo que ocurre en escena y convivan con situaciones que pueden ayudar a comprender momentos difíciles que atraviesan las infancias.
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Fotos: Sergio Carreón Ireta