Para cerrar el mes de marzo, dedicado a mostrar a las creadoras, presentamos a la vestuarista, escenógrafa e ilustradora: Eloise Kazan.
¿Quién es Eloise Kazan?
Eloise Kazan es una destacada diseñadora de vestuario, escenógrafa, directora de arte e ilustradora con 25 años de trayectoria. Ha colaborado con algunos de los directores más influyentes de México, como Lorena Maza, David Olguín, Martín Acosta, Sabina Berman, Enrique Singer y Daniel Giménez Cacho. Su talento la ha llevado a trabajar en escenarios de México, Estados Unidos, España, Argentina, Reino Unido y Croacia.
¿En qué proyectos ha dejado su huella?
Entre sus trabajos más sobresalientes se encuentran el diseño de vestuario de la ópera El Último Sueño de Frida y Diego (Ópera de San Francisco y Ópera de San Diego, 2022), el vestuario de El Códice Tenóch (coproducción de la Royal Shakespeare Company y la Compañía Nacional de Teatro, Reino Unido, 2012) y la premiada puesta en escena de El Buen Canario , dirigida por John Malkovich (México, 2008). También diseñó la producción de la película Split (2016) y el vestuario del espectáculo Let’s Play para Hermès Paris (2018).
¿Qué reconocimientos ha recibido?
Kazan fue galardonada con el premio al mejor vestuario teatral en la Cuadrienal de Praga 2007. Además, ha sido jurado en importantes eventos internacionales como la Cuadrienal de Praga 2015 y el World Stage Design en Taiwán (2017) y Canadá (2022). Su trayectoria la ha consolidado como miembro del Sistema Nacional de Creadores de Arte (SNCA), reafirmando su impacto en el diseño escénico a nivel mundial.
Más allá de las tablas …
Si tu vida fuera una obra de teatro, ¿qué género sería y por qué?
EK: Mi vida, y supongo que cualquier otra, es una mezcla de géneros. A veces comedia, en ocasiones tragicomedia, y claro, no faltan los momentos de tragedia e incluso de farsa. Y aunque esta mezcla no siempre es cómoda, tiene un valor enorme.
¿Qué es lo más inesperado que has hecho para inspirarte en un personaje o una obra?
EK: Lo más fascinante de la vida del teatrero es que, con cada proyecto, nos sumergimos en nuevas historias y, muchas veces, recorremos lugares inesperados en busca de inspiración.
Como diseñadora hablaré del material más inusual que usé en un vestuario, elegido para construir una metáfora. Hace años diseñé un performance inspirado en Tito Andrónico. En la obra, Tamora, reina de los godos, se casa con el emperador Saturnino no por amor, sino para armarse contra su enemigo, Tito. Estas nupcias se convierten en un acto de venganza, violencia y odio, una perversión del amor. Para representarlo, creé su vestido de novia con balas: un caparazón frío y pesado, arma y armadura a la vez, un vestido autodestructivo. Para crearlo, el Ejército Mexicano me donó más de 2,000 casquillos de balas reales. Acudir al ejército para conseguir material para mi vestuario fue lo mas inesperado que hecho para un personaje.
Si pudieras compartir escenario, ¿a quién elegirías?
EK: Hay tantas personas y compañías con las que me encantaría trabajar, y siempre las menciono en mis cartas a Santa Claus cada año. Sin embargo, un nombre que nunca falta en mis sueños es Cirque du Soleil.
¿Cuál fue el momento más divertido o vergonzoso que has vivido con tus colegas fuera del escenario?
EK: El momento más vergonzoso y a la vez gracioso de mi cara sucedió mas bien en el escenario. Una vez salí a dar las gracias en botines de tacón de aguja y uno de mis zapatos se atoró entre las tablas. Mientras mis compañeros se retiraban, yo no podía liberar mi pie y quedé atrapada, haciendo el ridículo frente a todo el público como pidiendo más aplausos.
¿Cómo te gustaría ser recordada?
EK: Me gustaría que me recordaran como un cuentacuentos que tejía historias con vestuarios y construía fantasías con sus escenografías. Más que ser recordada, me gustaría pensar que mi trabajo puede inspirar, divertir y nutrir a nuevas generaciones de diseñadores escénicos. Nuestro trabajo es efímero, y quizás, más que ser recordados, lo importante sea compartir, enseñar y transmitir a las generaciones venideras la alegría que este oficio nos brinda.
Por Itaí Cruz, Fotos: Cortesía Eloise Kazan
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