Hay una tradición que, por fortuna, cada vez parece estar en mayor desuso: el hecho de que los hijos hereden o continúen -casi siempre obligatoriamente- la profesión o el oficio de los padres. Claro, que, cuando se trata de una elección feliz y voluntaria no hay más que celebrar y desear que el alumno iguale o supere a los maestros que hay en casa. En el Teatro Mexicano, en nuestros días tenemos figuras que pertenecen a la parte sana -esperamos que así lo haya sido- de dicha tradición, logrando ser parte de una dinastía que sigue enriqueciendo los escenarios.
Recientemente, una de las dinastías más apreciadas -y, hay que decirlo, controvertidas- del espectáculo, fue objeto de aprecio y reconocimiento público: la partida de su matriarca, doña Silvia Pinal, nos recordó que sus hijas -la actriz Sylvia Pasquel y la cantante Alejandra Guzmán-, sus nietas -la actriz y cantante Stephanie Salas y la modelo y cantante Frida Sofía– y sus bisnietas -las actrices Michelle Salas y Camila Valero– son figuras constantes de los medios audiovisuales y digitales.
En el caso de Guzmán, gracias a su famosa madre debutó en el teatro musical en Mame, para años más tarde interpretar a Gypsy, también junto a Pinal, en el importante musical de Jule Styne y Stephen Sondheim. De hecho, Salas interpretó el icónico personaje de su abuela, la Tía Mame, en una desafortunada reposición que sucedió en 2015.
Por desgracia, si bien esta dinastía continúa vibrante en el mundo del espectáculo, no tiene ya una presencia teatral destacada -Michelle y Camila no han pisado las tablas-, salvo la de la ahora mayor de la familia, quien a lo largo de su trayectoria ha tenido diversos triunfos teatrales y actualmente sigue al frente de su propio recinto escénico: el Foro Sylvia Pasquel.
LOS FÁBREGAS- SÁNCHEZ NAVARRO
Cassandra Sánchez Navarro concluyó su participación en el musical Cabaret en el personaje de Sally Bowles. Anteriormente protagonizó, también en el Teatro Insurgentes, un nuevo montaje de Sugar -obra que, por cierto, estelarizó La Pasquel en su primer montaje mexicano-.
Con ello, se ha asegurado de perpetuar una de las familias que mejor ejemplifican la diversidad del quehacer teatral de nuestro país: Cassandra es tataranieta de la actriz y empresaria Virginia Fábregas, quien fincó un legado actoral imponente entre finales del siglo XIX y principios del siglo XX. Este fue retomado por el actor, director y empresario Manolo Fábregas -a su vez hijo de los actores Manuel Sánchez Navarro y Fanny Schiller, quien destacó en la época de oro del cine nacional-, quien para resumir su amplia trayectoria, solamente hay que decir que sigue siendo reconocido como El Señor Teatro.
Ante su enfermedad y fallecimiento a mitad de la década de los noventa, su esposa Fela Fábregas continúo con el manejo de Producciones Fábregas y de los teatros que, además del San Rafael, llevan su apellido. Sus pasos teatrales fueron seguidos por dos de sus hijos: la madre de Cassandra, Mónica Sánchez Navarro, quien en los años setenta vivió un momento de gloria al protagonizar por varias temporadas el musical El diluvio que viene para varios años más tarde retornar a los escenarios en La fierecilla tomada, y por Rafael Sánchez Navarro, quien es una de las figuras más destacadas de nuestro teatro gracias a su participación protagónica en obras como Amadeus, Arte, El libertino, Seminar y Tragaluz.
LOS DE TAVIRA
En ésta última, Sánchez Navarro colaboró con dos miembros de otra de las familias más representativas de nuestro teatro: su compañera de escena fue Marina de Tavira y su director Luis de Tavira.
La actriz y productora, ubicada por el gran público gracias a su nominación al Oscar por la película Roma, es una de las figuras más constantes de nuestro teatro, como lo demuestra su reciente protagónico, como la mismísima Blanche DuBois, en Un tranvía llamado Deseo. Su prima Inés de Tavira no se ha quedado atrás y, además de tener éxito en series, lo ha tenido en obras como La omisión de la familia Coleman y El río.
Y sus primos José María de Tavira -hijo de la primera actriz Rosa María Bianchi– y Pedro de Tavira -hijo de la primera actriz Julieta Egurrola– se han posicionado como contundentes protagonistas de nuestra escena. José María en obras como La retirada, La desobediencia de Marte y El corazón de la materia y Pedro en piezas como Tom en la granja, El zoológico de cristal y Anecdotario Baires.
José María y Pedro son hijos del ya mencionado Luis de Tavira, quien desde la década de los setenta es una de las figuras más dominantes e influyentes del panorama teatral mexicano: director, dramaturgo, actor, docente y teórico, es responsable de espectáculos teatrales que aún resuenan en los tablados. Curiosamente, su participación teatral más reciente es como actor, en un formato de producción muy distinto al que él acostumbró durante varios años, en El Padre, actuación que le ha valido diversos premios y reconocimientos de crítica y público.
LOS SOLER-CIANGHEROTTI
Con la muerte de Fernando Luján en 2019, México perdió a uno de sus actores y humoristas más notables. Y si bien su legado actoral se extiende a varios de sus hijos que siguieron sus pasos profesionales, él mismo es sobrino de una de las dinastías más célebres de mitad del siglo XX: los Soler.
La madre de Luján, Mercedes Soler, hermana menor de Andrés, Fernando, Domingo y Julián Soler. Empero, el apellido original del histrión es Ciangherotti, gracias a su padre, el actor argentino Fernando Ciangherotti. Quienes conservan ese apellido son sus hijos, quienes en mayor o menor medida han pisado las tablas, como su primogénito Fernando Ciangherotti, quien aunque tiene tiempo sin subirse a un escenario, tuvo momentos notables en obras como Aquel tiempo de campeones y Escuela de señoritas.
Por el contrario, una de las presencias más constantes en la actualidad teatral es la de Fernando Canek -hijo de la estupenda comediante y guionista Lupe Vázquez– quien se desenvuelve como actor, humorista, director, dramaturgo y traductor; su participación más reciente sucede al lado de la señora Susana Alexander en la obra La velocidad del otoño, pieza elegida por la actriz para despedirse de los escenarios.
Actualmente, el apellido Ciangherotti le pertenece a una mujer: Cassandra Ciangherotti, quien hace honor al legado de sus tíos abuelos y su padre logrando plenos triunfos de público y crítica al protagonizar obras como Señorita Julia, Blackbird, Cómo aprendí a manejar y Dostoievsky: el demonio y el idiota. En el texto de Paula Vogel dirigido por Angélica Rogel, Cassandra actuó junto a su sobrina Vaita Sosa, hija de su hermana, la también actriz Vanessa Ciangherotti -quien hace un par de años dirigió el espectáculo de cabaret, Pita en cuatro tiempos– y del actor Roberto Sosa, perteneciente a otra importante familia de buenos actores y a quien recientemente vimos protagonizando un nuevo montaje de Panorama desde el puente.
LOS BONILLA
Otra partida lamentable por toda la comunidad teatral fue la del actor, dramaturgo y director Héctor Bonilla, quien fue patriarca de una familia que actualmente habita las carteleras: el actor Sergio Bonilla, quien recientemente interpretó al marido de Yerma y el actor, dramaturgo y director Fernando Bonilla, quien hace no mucho presentó un homenaje teatral a su padre -y al excelente actor Fernando Balzaretti- a través de El corrido del Rey Lear.
Ambos hermanos actuaron en diferentes momentos junto a su padre y, de hecho, ambos siguen escenificando la obra que, durante varios años, Fernando dirigió y Sergio actuó junto a Héctor: Almacenados. Hija, al igual que Sergio, de la actriz Socorro Bonilla, Leonor Bonilla también ha tenido presencia en el teatro mexicano, aunque en la actualidad no es tan fuerte como la de sus hermanos.
Al morir Héctor Bonilla, su nieto Demetrio Bonilla -hijo de Fernando y de la dramaturga, directora y actriz Valentina Sierra– ya se hallaba dando pasos firmes en el medio teatral, con su monólogo Piensos del lóbulo frontal derecho, para luego formar parte de las obras El cojo de Inishman -en donde fue dirigido por su padre y compartió el escenario con su abuela, la primera actriz y cuentacuentos Sofía Álvarez, activa en cartelera gracias a Los perros– y ¿Puedes verme? -escrita y dirigida por su madre-.
Y aunque tiene mucho tiempo que no se les ve propiamente en un escenario teatral, lo cierto es que ahí siguen Las Angélicas, quienes en sus recientes conciertos incluyen la participación de Angelica Masiel, la pequeña hija de la actriz, cantante e imitadora Angélica Vale y nieta de la estrella mexicana Aguingélica María, quien a su vez es hija de la productora teatral Angélica Ortiz, la mujer que inició una de las familias más apreciadas de la farándula mexicana.
Obviamente no son las únicas familias teatrales. En su momento fue celebrada la reunión de la primera actriz Magda Guzmán, dirigida por su hija Karina Dupez y con su nieta Magda Karina como compañera de escena en La duda de Tomás Urtusástegui. Es innegable la relevancia de los Ortiz de Pinedo, cuya tradición inicia con el gran comediante Oscar Ortiz de Pinedo y continúa con el exitoso actor, director y productor Jorge Ortiz de Pinedo y se extiende a sus hijos, los productores Oscar y Pedro.
Lo mismo sucede con el recientemente jubilado Juan Ferrara, quien si bien sus hijos no se dedican propiamente al teatro, aunque sí son actores, el actor y sus hermanas Lucía y Esther Guilmain siguieron por varios años el ejemplo de su madre, la enorme actriz Ofelia Guilmáin.
Finalmente, hace un par de años la primera actriz Susana Alexander, quien durante varios años trabajó junto a su madre, la actriz, traductora y productora Brígida Alexander, logró dirigir en Instrucciones para una muerte feliz a su talentosa sobrina Sophie Alexander Katz.
Tatarabuelos, bisabuelos, abuelos, padres, hijos, hermanos, tíos, nietos, sobrinos… familias que incluyen el arte del teatro en su árbol genealógico y echan raíces sobre nuestros escenarios, uniéndose de una u otra manera con el resto de la comunidad para hacer, deshacer, seguir, reforzar y, qué mejor, renovar la tradición.
Por Enrique Saavedra
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Solo te falto mencionar que Karina Dupres es hija de in excelentísimo primer actor CARLOS ANCIRA.