Federico García Lorca es sinónimo de teatro. Su figura trágica se proyecta en su poesía y en su dramaturgia. Temas como la libertad, la lucha contra el autoritarismo, la represión, la identidad y el destino son una constante en su obra.
Siempre es un placer para el público poder ver sobre el escenario una obra del autor andaluz. Actualmente, esa oportunidad la tiene a través de Yerma. Bajo la producción de Artes Hartas y En Llamas Producciones, este texto llega de nueva cuenta a los escenarios de la Ciudad de México.
Hablando de este gran autor, sale sobrando cualquier recomendación. Sin embargo, aquí te damos tres razones para que te decidas a ver Yerma.
1. Los diálogos de Federico García Lorca toman otra dimensión en el escenario. El dramaturgo y poeta granadino tiene en sus diálogos una sonoridad poética. Escuchar en boca de actrices y actores las palabras escritas por el autor para sus personajes los dota de otra sonoridad a la que tienen cuando las palabras descansan, silenciosas, en las páginas de un libro. Sobre el escenario se fusiona la poesía y la tragedia.
2. El espacio vacío da paso a que las palabras reinen en el escenario. El diseño de iluminación y escenografía de Félix Arroyo expanden el espacio del Foro Lucerna. Con luces, cortinas y humo se crean sitio para que en nuestra imaginación construya los paisajes de Andalucía. En esta propuesta convive la España rural de principios del siglo XX con espacios que cargados de simbolismos. Nos movemos en un aparado pueblo, entre sus huertos, ríos y sus colinas.
3. La obra de Federico García Lorca está poblada de música. En este montaje se conserva este espíritu sonoro, no solamente están presentes los pasajes plasmados en el texto por el autor, sino que la música e interpretación de Gerardo Olivares acompaña y enriquece lo que sucede en la escena.
Estas son solo unas razones para ver el montaje bajo la dirección de Jean-Guy Lecat. El director colaboró con Peter Peter Brook durante más de veinte años. Ambos han explorado el espacio vacío como el punto de partida para la realización de un acto teatral. En este montaje, Lecat parte de esta idea para dar vida Yerma.
A 90 años de haber sido publicado, Yerma aborda temas relevantes aun. La libertad de la mujer, las imposiciones sociales y culturales a la que todavía está sujeta son el centro de esta tragedia. El autor nos habla de estructuras sociales que – entonces como ahora – se niegan a desparecer, contra las cuales no siempre basta la acción individual sino que hace falta una acción colectiva. Yerma y Juan son víctimas de estas estructuras que los llevan a su trágico final.
La protagonista de esta obra está obsesionada con ser madre. Lo que pareciera una romantización del “instinto materno”, en García Lorca no lo es. El dramaturgo hace a través de la obsesión de Yerma una alegoría: ella está cautiva de un deseo que nace de las imposiciones sociales, no ser madre le arrebata un lugar dentro de un mundo que circunscribe el destino de la mujer a la maternidad y estar encerrada dentro de cuatro paredes.
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Por Óscar Ramírez Maldonado.