Un tranvía llamado Deseo entró en la historia del teatro hace exactamente 77 años. Al final de su estreno, en diciembre de 1947, arrebató al público una ovación de media hora. Desde entonces, el texto ha sido montado en un sinnúmero de ocasiones alrededor del planeta.
Bajo la dirección de Diego del Río, con un elenco encabezado por Marina de Tavira, Rodrigo Virago y Astrid Mariel, actualmente se presenta un nuevo montaje de esta icónica obra en el Teatro del Bosque Julio Castillo.
Aquí te damos tres razones – si logras conseguir entradas pues tiene temporada agotada – por las cuales debes ver Un tranvía llamado Deseo, montaje que es además obra seleccionada en los Premios del Público Cartelera de Teatro 2025.
1. Un texto icónico del realismo norteamericano. Sin más, el texto de Un tranvía llamado Deseo es una razón suficiente para ver el montaje. Se trata de la obra maestra de Tennessee Williams y verla sobre el escenario es una oportunidad que no se debe dejar pasar. En esta adaptación realizada por Diego del Río, se respeta casi de manera íntegra el texto, pero se actualiza a través de pequeños giros y acciones que le dan nuevo aire.
2. Un espacio abierto para imaginar. “Entre ambas habitaciones existe una pared imaginaria”, acota Williams en su descripción del escenario. El equipo creativo de este montaje, nos reta a imaginar más. La acción se desarrolla sobre y alrededor de una plataforma de madera con trampas que delimita el espacio del departamento de los Kowalski. Una iluminación que juega con la altura amplia, delimita y revela rasgos de los personajes según las necesidades escénicas.
3. Trabajo colectivo desde una perspectiva actual. Los temas que aborda el dramaturgo estadounidense toman una dimensión actual en este montaje. El elenco, integrado por intérpretes y músicos, realizan un trabajo que evoca a un ensamble – coro, apelan a reconocer al otro y nos invitan a reflexionar sobre los estigmas. El trabajo colectivo, no solo de actuación sino de sonorización que realiza el elenco, le da una profunda dimensión sonora y humana a este montaje.
Así que ya lo sabes, esta es una oportunidad de disfruta de esta obra que algunos críticos – especialmente estadounidenses – la consideran la obra más importante del siglo XX. Una afirmación de este calibre es discutible siempre. Sin embargo, lo que es un hecho, es que se trata de una obra fundamental en el repertorio, no solo del realismo norteamericano, sino del teatro universal. Estamos ante la obra cumbre de Tennessee Williams.
Se trata de una obra que por primera vez abordó en la historia del teatro de los Estados Unidos temas como la sexualidad, la homosexualidad, el machismo y la violencia de género. Laten también bajo esta historia temas como la migración y la lucha de clases. Nos habla desde una sociedad en la que un viejo orden comenzaba a mostrar signos de agotamiento y se abrían nuevas perspectivas. Nos habla también de un viejo orden que se negaba a cambiar y que veía, con nostalgia, signos inequívocos de cambio.
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Por Óscar Ramírez Maldonado, Foto: Héctor Ortega.
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