¿Qué tan difícil es adaptar un clásico a nuestra época? Sin duda, esta pregunta surge cada vez que una obra icónica del teatro es reinterpretada en un contexto moderno. Algunas adaptaciones se sienten forzadas, mientras que otras logran superar las expectativas, y Puerto Deseo, es un claro ejemplo de lo segundo.
Gabriela Guraieb y Mariana Giménez parten del feroz retrato del machismo y el capitalismo que Tennessee Williams plasmó en Un tranvía llamado Deseo, interpretado por Verónica Bravo, Pablo Marín, Cristian Magaloni, Alex Gesso, Sunem Cedillo, Natanael Ríos y Santiago Alfaro son los encargados de dar vida a esta historia situada en la Ciudad de México entre los años 70 y 80, donde las relaciones afectivas se ven atravesadas por los mismos balances de poder que cuestionamos hoy.
Este montaje que forma parte del Festival CulturaUNAM es una obra imperdible de ver en esta temporada, te aseguramos que te mantendrá al filo de tu butaca:
1. Una reinvención atrevida de un clásico. Las creadoras Guraieb y Giménez suben a escena una adaptación innovadora y relevante. Con la conversión de Blanche DuBois en Mariano, un hombre homosexual en el México de los años 80, la obra plantea nuevas preguntas sobre el amor, el poder y la desesperanza. Este enfoque fresco no solo honra la esencia del material original, sino que también lo revitaliza con una perspectiva moderna y audaz.
2. Un retrato de contrastes entre lo personal y lo político. La dirección escénica de Mariana Giménez equilibra con maestría los mundos de la anarquía y el bolero, la rudeza del punk y la fragilidad emocional. El diseño escénico, a cargo de Mario Marín del Río y Alita Escobedo, nos sumerge en una casa okupa que simboliza la tensión entre los sueños y la cruda realidad. La música anarcopunk y los boleros, compuestos por Miguel Tercero, reflejan los conflictos internos de los personajes, resaltando cómo los contextos políticos y personales se entrelazan.
3. Actuaciones memorables. Uno de los grandes aciertos de este montaje es la actuación de Pablo Marín, quien brilla en todo momento como Mariano, capturando la complejidad emocional de Blanche con una exquisita mezcla de fragilidad y falsedad. Verónica Bravo y Cristian Magaloni ofrecen interpretaciones sólidas que profundizan en la dinámica familiar y las tensiones de poder, mientras Álex Gesso, como Ramiro, retrata con maestría el conflicto de identidad de su personaje. Sin duda, esta propuesta ha logrado reunir a un elenco destacado que transmite puntualmente las emociones y conflictos de cada personaje.
Puerto Deseo nos invita a experimentar una historia universal desde una óptica contemporánea, donde los límites del amor, el poder y la locura se difuminan en un paisaje de música y caos. Se presenta de jueves a domingo en el Teatro Juan Ruiz de Alarcón, consulta horarios y precios, aquí.
Por Itaí Cruz, Fotos: Teatro UNAM/José Jorge Carreón