Novecento, de Alessandro Baricco, es un monólogo lleno de posibilidades. La calidad literaria de su autor es innegable. No es casualidad que este monólogo, escrito originalmente para teatro, haya logrado llegar a la pantalla grande en una memorable versión dirigida por Guiseppe Tornatore (1998).

Del texto, su autor ha explicado que si bien nació como monólogo teatral, para él se encuentra en un territorio entre una obra de teatro y una historia para ser leída en voz alta. También ha dicho que más que una relato teatral, lo considera una novela corta o un relato largo. El autor también ha señalado que a este texto, lo considera “surgido tras la estela de Océano mar – una de sus memorables novelas-, como si en esta novela no hubiera podido contar todas las historias que quería”.

Actualmente, bajo la dirección de Axel Campillo y David Farji, y con un pequeño elenco encabezado por Juan Ignacio Aranda, quien interpreta con intensidad, capacidad y entrega al narrador de este relato, se presenta una nueva versión de este entrañable texto.

Aquí te decimos tres razones para no perdértelo.

1. Un texto nostálgico y poderoso. El texto creado por Alessandro Baricco, como su obra en general, posee una sutil y poderosa nostalgia. Nos habla de anhelos y deseos. Danny Boodmann T.D. Lemon Novecento, el objeto de este relato, encontró una forma de salvarse de lo inasible e inmensa que puede resultar la vida. Parece adelantarse a cuestiones que plantea el autor en una novela posterior, Seda, en la cual, escribe: “Es un dolor extraño. Morir de nostalgia por algo que no vivirás nunca”. Tal vez sea verdad, pero en este monólogo Novecento encuentra una peculiar forma de conjurar a esta nostalgia y ese dolor.

2. Riqueza visual a través de distintos recursos. En esta versión, a diferencia del texto y otros montajes anteriores, el intérprete de la obra no está solo, cuenta con el apoyo de una actriz y dos actores que interpretan personajes y representan pasajes de la narración. En el fondo, para resolver y evocar la riqueza de imágenes que tiene el texto de Baricco, en este montaje se echa mano de teatro de sombras. El trazo de los actores, se extiende por todo el foro, suben y bajan por las escaleras, aparecen de pronto en la parte superior del recinto, son, a fin de cuentas del Virginian, el transatlántico donde nació y vivió toda su vida el personaje central de esta historia.

3. Humor, jazz y personajes entrañables. Sí, la historia de Novecento está cargada de nostalgia, pero también de un humor extraordinario. Hilvana momentos emotivos con pasajes de humor y jazz, es como si navegáramos sobre las crestas y las depresiones de las olas. Sus entrañables personajes y la música nos llevan a un final que nos deja en la garganta un nudo y en el rostro una sonrisa.

Este montaje es para ti si disfrutas los textos cargados de emotividad y humor. Si conoces el monólogo de Baricco, ya sea a través del texto, un montaje anterior o la película de Tornatore, aquí encontrarás una versión un poco distinta, pero que aporta elementos interesantes a la narración. Si no conoces este monólogo, te podemos asegurar que saldrás con ganas de leerlo o buscar la película, o, ¿por qué no?, volver a ver el montaje para vivir de nuevo esta bella historia.

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Por Óscar Ramírez Maldonado.

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