Todos hemos pensado alguna vez qué haríamos con una cantidad de dinero suficiente para solucionar nuestros problemas económicos. ¡No al dinero!, de Flavia Coste, bajo la dirección de Sebastián Sánchez Amunátegui, juega con esta idea. Es una comedia que, básicamente, divierte al público, pero esto no significa que no nos deje algunos temas de reflexión.
En esta sociedad deslumbrada por el consumo y lo inmediato, el texto habla de un tema que – nos guste o no – influye en nuestras vidas: el dinero.
El montaje cuenta con las actuaciones de Cristian Magaloni, Mariana Gajá, Pablo Perroni y Pilar Flores del Valle. La premisa es sencilla: Ricardo un arquitecto idealista le da la espalda a 800 millones de pesos. Esto desatará una serie de situaciones inesperadas cuando informe su decisión a su esposa, su madre y su socio (que es también su mejor amigo). ¿Cómo reaccionarán ante la noticia?, esta es la incógnita que nos plantea la obra.
Aquí te damos tres razones para ver ¡No al dinero!
1. ¿Realmente el dinero es la llave para la felicidad? Se trata de un texto que en apariencia no busca más que divertir. Sin embargo, plantea una cuestión fundamental: cómo el dinero afecta y condiciona a las personas y a sus relaciones. El filósofo francés Voltaire decía que “quienes creen que el dinero lo hace todo, terminan haciendo todo por dinero”, dicho en un lenguaje más coloquial, como lo hizo el escritor del Siglo de Oro Francisco de Quevedo, “poderoso caballero es don dinero”, este montaje nos habla precisamente de eso.
2. ¿Hay alguien libre de culpa? Es evidente que, ante la situación que plantea la obra, no es de esperarse una reacción muy civilizada por parte de algunos de los personajes. Sin embargo, en una segunda lectura, el montaje nos habla también de ciertas decisiones que tomamos a partir del ego y de la imagen que tenemos de nosotros mismo, de la búsqueda de reconocimiento y, por supuesto, de una visión que solo alcanza a ver una parte de la historia.
3. Una comedia que va de menos a más. El tono que imprimen la dirección y el elenco a esta obra va en aumento. La comedia deriva en una farsa intensa y divertida. Se combinan un poco de comedia física con diálogos incisivos y momentos incómodos. Una vez que entras en su ritmo estamos seguros que no dejarás de reír.
En conclusión, se trata de un montaje que puedes sin duda disfrutarás si te gusta la comedia con un toque de farsa, además de que te dará un tema de plática controvertido: ¿Tú que harías en el lugar de los personajes de esta obra?
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Por Óscar Ramírez Maldonado.