Bertolt Brecht fue uno de los dramaturgos más influyentes del siglo XX. Entre sus aportaciones estuvo la creación del teatro épico. Una de sus obras más destacadas es Madre Coraje y sus hijos, un contundente alegato en contra de la guerra y en contra del fascismo.

El personaje principal de Madre Coraje es Anna Fierling, la cual es tomada por el autor alemán de una novela picaresca del siglo XVII. Este personaje va siguiendo a los ejércitos para vender artículos y mercancías, haciendo de la guerra su forma de vida y sacando provecho de ella. Sin embargo, el costo que tiene que pagar por ello es demasiado caro.

El texto de Brecht es potente y pone la mirada sobre la guerra, la desigualdad y el provecho que unos cuantos sacan a costa de la mayoría. La realidad en la que fue escrito el texto, el momento histórico en el que se ubica – La Guerra de los Treinta Años (1618 – 1648) – en apariencia ha cambiado mucho pero en esencia es muy parecida. Esto hace que la historia creada por el dramaturgo alemán pueda adaptarse a distintos contextos y mantenga su vigencia.

Actualmente, se presenta en el Teatro del Centro Cultural Helénico una montaje de esta obra, adaptado y dirigido por Luis de Tavira. Esta versión surge en el año 2022 en una colaboración entre el destacado director mexicano y la compañía Telón de Arena, orginaria de Ciudad Juárez.

El director de escena crea un montaje que echa mano de muchos de los recursos que el propio Brecht utilizó constantemente. No falta, por supuesto, algunos guiños a la actualidad. Palabras y conceptos, insertados en el texto en determinados momentos, como “palestinos”, “maquiladora”, “mañanera”, “madre buscadora”, etc, sirven para generar en el espectador ese “efecto de extrañamiento” que el autor alemán buscaba. Este efecto consiste en no permitir que la ficción absorba por completo al espectador y suspenda su visión crítica.

Aquí te damos tres razones por las cuales debes ver Madre Coraje y sus hijos.

1. Una alegoría sobre la guerra, la corrupción y la barbarie que no envejece. Con 85 años de haber sido escrita, Madre Coraje y sus hijos es un texto que – lamentable y dolorosamente – sigue siendo tan vigente como en el momento que se escribió. Habla, como ha señalado el maestro De Tavira, de “una guerra permanente convertida en normalidad”. Una situación de violencias que se parece mucho a la que nuestro país vive.

2. Espacio escénico que remite a la carpa y el cabaret. Con telones y bastidores que se mueven hacia arriba o hacia los lados,colores y luces luminosas de fondo, la carreta de Madre Coraje presente casi todo el tiempo en escena, sirven para representar el largo recorrido que la protagonista realiza. El espacio escenográfico, creado por Jesús Hernández, tiene un aire de carpa y de cabaret. Ahí se nos narra una historia que podría suceder en cualquier sitio, pero que nos recuerda inevitablemente a nuestro país.

3. Música en vivo como parte indispensable de la narración. En la más pura tradición brechtiana, Luis de Tavira incorporó a este montaje un grupo que interpreta música en vivo. No solo eso, el ensamble apoya las acciones haciendo efectos sonoros con sus instrumentos musicales, ya sea el sonido de detonaciones o un simple moscardón. La música funciona como un elemento más para narrar al público esta historia.

Sí te gustan los textos de los grandes autores del siglo XX y las obras que te hagan cuestionarte el mundo en el que vivimos, Madre Coraje y sus hijos es para ti. Solamente, vale la pena tener en cuenta que es una obra que tiene una duración de 180 minutos, eso sí, con intermedio. Ve preparado para tener una velada con un clásico del siglo XX, dirigido por uno de los directores más relevantes de nuestro teatro, el maestro Luis de Tavira.

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Por Óscar Ramírez Maldonado. 

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