La pintora Frida Kahlo es un personaje destacado de la vida cultural y política de México del siglo XX. Ella mostró siempre un fuerte compromiso artístico y social. Su complicada relación con el pintor y muralista Diego Rivera (con quien se casó en dos ocasiones), su militancia en el Partido Comunista y un grave accidente que sufrió a los 18 años y que le dejó secuelas de por vida, han creado a su alrededor un personaje que se mueve entre lo real y la leyenda.

En los últimos años Frida ha alcanzado la fama internacional. Su talento está ahí en sus pinturas, pero ella misma se ha vuelto en un ícono que identifica a lo mexicano en el mundo.

Los Fridos, escrita y dirigida por Clemente Vega, habla del grupo de alumnos de Frida Kahlo en la Escuela Nacional de Pintura, Escultura y Grabado “La Esmeralda”.

El elenco integrado en su mayoría jóvenes acompañados por Mónica Bejarano, logra un discurso refrescante. Jorge Viñas, Saúl Villa, Elisabetha Gruener, Fabiola Villapando, Andrés Jurado, Gonzalo Esesarte, alternando en sus papeles, y Bobby Mendoza y Mario González-Solís dan vida a Los Fridos. Apoyados en una cuidadosa ambientación y vestuario logran transportarnos a la década de los años cuarenta del siglo XX.

Aquí te damos tres razones para ver Los Fridos. La obra es además obra Seleccionada en los Premios del Público Cartelera de Teatro.

1. Un personaje fundamental en la vida cultural y política de México. Como ya mencionamos, Frida Kahlo fue un personaje muy destacado en el México del la primera mitad del siglo XX. Más allá de la imagen que tenemos de ella en el imaginario colectivo, este montaje se aventura por esa parte más humana de la pintora. La obra no se centra en su complicada relación con Rivera ni en el dolores que la atormentaron toda la vida. Si bien ambos aspectos están presentes, la obra imagina cómo pudo haber sido esa Frida entregada a la enseñanza y cómplice de sus alumnos.

2. La importancia de una guía y la enseñanza. La experiencia que viven el grupo de alumnos de Kahlo, Los Fridos, se puede parecer a la que cualquier joven que está buscando su camino. Es ahí donde se vuelve poderoso el mensaje de una mujer que – a pesar de su dureza y franqueza – va más allá de la enseñanza y se compromete con sus alumnos. Se convierte en su guía y una compañera en su camino.

3. Un ambiente festivo que toca al espectador. La sensación que este montaje logra es de complicidad. Nos muestra que a pesar de las complicaciones, esta vida es una sola y tenemos que aprovecharla al máximo. El elenco y la dirección del montaje logra transmitir esta sensación al público, en el cual la música, el baile y momentos de cercanía entre Frida y sus alumnos nos recuerdan que el aprendizaje no solamente se trata de transmitir datos y técnicas, sino, sobre todo, de comunicar vivencias.

Si te gustan las historias que hablan del crecimiento personal, que retoman personajes de nuestra historia y que tienen un mensaje optimista, esta obra es para ti. Además, si disfrutaste de Mamá se fue a la Luna, escrita y dirigida por Clemente, en este montaje podrás ver un discurso fresco como el que ya conoces, pero con la experiencia que el montaje anterior le proporcionó a su creador.

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Por Óscar Ramírez Maldonado.

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