Las dos Cassandras, de Amy Nostbakken y Norah Sadava, es una obra que habla de los pensamientos y los sentimientos de una mujer ante la muerte de su madre. Bajo la dirección de Nostbakken, están en el escenario dos actrices que, con constancia y disciplina, se han convertido en garantía de calidad: Vicky Araico y Majo Pérez.
Desde la perspectiva femenina, esta obra nos habla de la contradicción entre lo que se es y lo que se espera de una persona. Pone sobre la mesa algunas cuestiones que muchas veces no se hablan. Es un montaje que dialoga con el espectador desde el duelo, el amor propio, la identidad y la pertenencia.
Ver juntas a estas actrices es una razón por sí misma para ver esta obra. Si todavía necesitas más, aquí te damos tres razones para que vayas a verla.
1. Teatro físico a dos voces. Vicky Araico y Majo Pérez alcanzan una destacada sincronía. Es una narración a dos voces, casi una coreografía. Como péndulos que se sueltan desde extremos opuestos, las actrices van empatando sus movimientos; transitan el escenario, por momentos como un reflejo y en otros creando un contrapunto.
2. Una historia que, a partir de una muerte, crea un diálogo obligado. Aquí se enfrentan los dos rostros que habitan dentro del personaje de esta historia: continuidad y ruptura, la mujer progresista frente a la mujer que responde al “deber ser” impuesto por los cánones sociales. En el escenario está siempre la figura ausente de la madre, que provoca un choque y un diálogo entre generaciones.
3. Un paisaje abierto para la narración. El espacio escénico y la iluminación, creados por Xóchitl González, conforman un territorio limpio, habitado por solo dos objetos que evocan el pasado. Nos remiten a la memoria y a ideas arraigadas en el imaginario social, pero también nos hablan de cobijo y pertenencia. Es un espacio por el cual ambas actrices pueden moverse libremente.
Si disfrutas del teatro físico, del movimiento escénico y de obras que, desde la perspectiva del feminismo, abordan temas que hoy en día son relevantes, Las dos Cassandras definitivamente es para ti.
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Por Óscar Ramírez Maldonado. Foto: José Jorge Carreón.