Barracuda, de Sergio López Vigueras, habla sobre lo que significa crecer y descubrir el mundo cuando dejamos la infancia. Es un montaje que lanza una mirada en cómo forjamos nuestra personalidad. Al crecer vivimos experiencias y tomamos decisiones. Éstas modifican la manera que tuvimos de ver la vida en nuestros primeros años y marcan el rumbo de nuestra vida adulta. De todo esto nos habla este montaje creación de Los Bocanegra.
Se trata de una obra que puede conectar fácilmente con las generaciones que durante los años 90 del siglo pasado vivimos estos procesos. La música, la moda, las formas de vivir y de convivir nos remiten, a quienes fuimos adolescentes entonces, a un momento específico de nuestra vida. Esto no quiere decir que se trate de una obra que no puede conectar con otras generaciones.
En algún momento de nuestras vidas todos atravesamos un proceso de crisis al crecer. Salimos al mundo sin la protección que tuvimos en la infancia, descubrimos un mundo grande y complejo en el que buscamos encajar.
Aquí te damos 3 razones para ver Barracuda, bajo la dirección de Ricardo Rodríguez.
1. Un ejercicio de memoria y nostalgia sobre un momento que todos vivimos. Una virtud de esta obra es que, si bien sus personajes habitan un momento específico del pasado reciente, nos hablan de un momento que todos experimentamos: el paso de la vida infantil al de la vida adulta. Una crisis que marca nuestra forma de ver la vida y como enfrentamos las encrucijadas que a lo largo de nuestra vida encontraremos.
2. Un elenco conectado con sus personajes. Barracuda cuenta con intérpretes que ha construido carreras destacadas en los últimos años. El elenco creció en la época en la que lo hicieron sus personajes. Esto crea una dinámica especial en la manera en que nutren a sus personajes. Interpretar a niños o adolescentes implica un reto; Diana Sedano, Fernando Rebeil y Raúl Villegas lo hacen sin caricaturizar, logran transmitir esa energía adolescente y el asombro ante el mundo que están por descubrir.
3. Ambientación en una época en la que el tiempo parecía fluir de otra manera. Una cancha de básquetbol, prendas que se usaban en los noventa y la música que sonaba en aquel entonces crean ese vértigo de sentirte transportado a un momento en el que viviste – si eres parte de aquella generación – o de descubrir un mundo que, en poco más de 25 años, ha dejado de ser. Complementan el efecto objetos que en aquella época eran de uso cotidiano, como aquellos teléfonos alámbricos -muchos de ellos todavía con disco – a los que las y los adolescentes se anclaban durante horas. Los encargados de transportarnos a la década de los noventa son Fernanda García, diseño de vestuario y escenografía, y Genaro Ochoa, diseño sonoro y de musicalización.
Así que ya lo sabes, si te gustan los montajes que te transportan a otra época, y hablan sobre el autoconocimiento y la amistad, Barracuda es para ti. Además, se presenta en el Teatro Santa Catarina de la UNAM, el cual – que estoy seguro ya he dicho alguna vez – se encuentra en la bella plaza de Santa Catarina, en cuyos alrededores encontraras restaurantes y cafeterías para disfrutar un buen rato antes de la función.
Más información de Barracuda, horarios, boletos, etcétera, haz clic aquí.
Por Óscar Ramírez Maldonado, Foto: Pili Pala.
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