Imagina una noche de fiesta descontrolada: alcohol, drogas, sexo y una cadena de prosperidad que suena demasiado absurda para ser verdad. Ahora agrégale el caos de las elecciones presidenciales de 1988 y la famosa “Caída del Sistema”. ¿Qué podría salir mal?
Esa es la premisa de Baño de Uñas, una obra inédita escrita por José Agustín y dirigida por Valeria Fabbri que cuenta con la interpretación de Georgina Arreola Martínez, Estefanía Norato, Medín Villatoro y Salvador Carmona, integrantes del Elenco Estable de la Compañía Nacional de Teatro.
En esta historia, el autor nos relata una noche entre amigos que se entregan a una noche de excesos que los llevará a descubrir que no todas las cadenas llevan a la fortuna… algunas solo garantizan el peor “mal viaje” de sus vidas.
Aquí te damos 3 razones para lanzarte a ver esta comedia llena de humor negro en la Sala Héctor Mendoza:
1.Humor, drogas y lenguaje transgresor. La obra es un viaje cargado de fiesta, excesos y un humor negro que desnuda la relación entre poder y alienación. A través de un lenguaje provocador y escenas cargadas de simbolismo, los personajes revelan su incapacidad para reaccionar ante una realidad política que los consume. Como en otros textos de José Agustín, lo irreverente y lo satírico se mezclan con la tragedia, desafiando al espectador a reírse de lo absurdo mientras enfrenta la crudeza de su propio entorno.
2. Una dirección atinada y un elenco sólido. Bajo la dirección de Valeria Fabbri, la obra adquiere una energía vibrante que resalta el humor y la tensión de la historia. Fabbri imprime un ritmo dinámico que mantiene al público atrapado en cada escena. Además, el elenco conformado por Georgina Arreola Martínez, Estefanía Norato, Medín Villatoro y Salvador Carmona ofrece interpretaciones precisas y matizadas, logrando un equilibrio entre la comedia y la crítica social sin perder autenticidad.
3. Un montaje que dialoga con el presente. Aunque fue escrita en 1988, Baño de Uñas sigue siendo relevante en 2025. La obra no sólo retrata un momento clave de la historia electoral de México, sino que también plantea preguntas sobre el presente, como, ¿Ha cambiado realmente nuestra relación con la política? Así, la puesta en escena invita a reflexionar sobre el poder, la manipulación y el papel de la ciudadanía.
Entre risas, desenfreno y crítica social, la obra desafía al espectador a cuestionar su propia realidad y a reconocer que, aunque los tiempos cambien, ciertas dinámicas de poder y alienación siguen vigentes, consulta más información de la obra (precios, horarios), al dar clic aquí.
Por Itaí Cruz, Fotos: Cortesía CNT/Sergio Carreón Ireta