Por Luis Santillán/ David Javerbaum publicó en 2011 el libro The Last Testament: A Memoir by God, una recopilación de lo “tweets” creados para la cuenta @TheTweetOfGod, empleando el material del libro hizo la adaptación para estrenar An Act of God (Un Acto de Dios) en el 2015. Con la traducción de Fanny Carrillo y la adaptación de Pilar Boliver y Horacio Villalobos se estrena en México en el 2017.
Un Acto de Dios tiene una estructura de stand up en la que Dios desea compartirle a la humanidad los nuevos mandamientos, cada segmento esta acotado por un mandamiento. Existe una exposición directa con la audiencia, hay intervenciones con comentarios y preguntas a cargo de dos personajes: Gabriel y Miguel. El texto de Javerbaum es un divertimento a partir de cuestionar elementos tradicionales del universo religioso judío-cristiano y el comportamiento de la humanidad.
Pilar Boliver está cargo de la dirección de escena, toma el material y cuida el ritmo de los segmentos para que la exposición sea fluida, da espacio para que quienes están en escena puedan responder de manera orgánica a los estímulos del público.
La escenografía e iluminación son diseñadas por Sergio Villegas, que propone un espacio amplio que emana luz de manera literal. Villegas crea a partir de remembranza de iglesias católicas y un poco de coqueteo con un espacio televisivo, una propuesta certera para el universo que quiere contener.
En esta temporada Dios es interpretado por Horacio Villalobos, Daniel Vives Ego “La supermana” interpreta a Gabriel y Carlos Rangel “Manigüis”, a Miguel.
Daniel Vives Ego destaca por la capacidad para crear a los diversos personajes que son convocados en el relato; si bien, quizá no es posible decir que “crea” al personaje Gabriel.
En tanto que, “La supermana”, quien ejerce la función del arcángel, si hay un trabajo de interpretación para todos los demás, basta unas pocas líneas para mostrar que tiene un amplio rango actoral, sostiene muy bien esos momentos.
Un Acto de Dios no es una obra aristotélica, es decir, no requiere de un planteamiento a desarrollar con las características clásicas del drama, no trabaja con el conflicto o la contradicción, eso puede ser la razón por la cual los personajes están diluidos, apenas acotados, convertirlos únicamente en etiquetas para dar paso a que el texto funcione por las cualidades de quien está en escena.
Villalobos no va más allá del personaje que presenta, ya sea en los programas televisivos o de radio. Lo mismo pasa con Carlos Rangel, en la escena no “existe” Miguel, tan solo “Manigüis”, esto en sí no es un defecto, quizá gracias a la dirección de Boliver.
Villalobos sabe qué elementos le agradan a su público y hace uso de ellos de manera asertiva para sus propósitos, quizá -en colaboración con la directora- asumieron que el texto llegaría de mejor manera a su audiencia si era una voz reconocida (con todo y sus manías).
Los momentos de empatía emotiva surgen del trabajo de “Manigüis”, muchos gracias al contexto del personaje y no de la obra, sin embargo, funcionan dentro de la propuesta.
Un Acto de Dios funciona en su estructura, el público ríe ya sea por el texto, por las referencias de quienes están en escena, por los gags creados a partir de la dinámica Villalobos-Vives-Rangel, cumple su propósito, quizá por eso ha logrado mantenerse en cartelera durante estos años.
La obra se presenta todos los viernes en el Teatro Xola Julio Prieto, consulta horarios, precios y descuentos, aquí.
No dejes de recibir en tu correo, Facebook o Twitter toda la información y los estrenos de las obras de teatro de la Ciudad de México.
Puedo llevar a mí hija? tiene solo 5 años
Hola, Josué! Gracias por contactarnos, de acuerdo a la información que tenemos, la obra es recomendable para adolescentes y adultos, Saludos.