El síndrome Duchamp reestrenó el pasado 19 de enero en el Foro Lucerna. Para hablar sobre este trabajo platicamos con Antonio Vega, autor y codirector, junto con Ana Graham de este montaje.

En escena Antonio, al lado de María Kemp, cuentan la historia de un inmigrante mexicano que sueña con ser comediante de Stand Up. Sin embargo, el protagonista de la obra solo consigue ser conserje en un club de comedia en Nueva York. Él le ha dicho a su madre, que es ciega, que es muy exitoso; la cuestión se complica cuando su madre consigue una visa para ir a visitarlo. Entonces, él tendrá que improvisar para que no se descubra su mentira.

Se trata de una obra con un “mundo muy visual, de muchos objetos. En este mundo hay títeres, juguetes, un robot, es muy festiva, de muchos personajitos incidentales”, añade.

Sobre esta obra, nos dice su autor, The New York Times ha dicho que es “una aguda crítica social”. Otros medios la han calificado como “inmensamente divertida” o “una imaginación sin límites”, agrega. Sin embargo, para él se trata de: “un trabajo que amo, que es entrañable y que pocas veces disfruto tanto y me siento tan pleno al estar en escena”.

El Proceso de El síndrome Duchamp

Esta obra, estrenada en 2013, “tuvo un proceso muy largo y que ha llevado varios procesos, comenzó como un work in progress, momento en el cual se unió como codirectora Ana Graham. Ella le dio orden. Fue un proceso que empezó como un gran caos que se fue ordenando y que ahora es un gran caos ordenado”, explica Vega.

Sobre el uso de elementos como títeres y objetos, Vega nos dice que, por su formación, le interesaba mucho que el trabajo tuviera una unidad estilística. Frente a ese interés, también estaba la inquietud de experimentar con varias técnicas: “quería experimentar con teatro, con títeres, con objetos, con clown. Quería hacer algo que fuera una amalgama sólida y no algo que se fuera desmoronando porque no tenía coherencia”.

Para Antonio Vega, la creación de El síndrome Duchamp fue “una labor muy divertida y amorosa, estar construyendo yo mismo los títeres, a veces construía un títere y no sabía si iba a ser parte de la historia o no. A veces veía un objeto que me llamaba la atención y decía ‘este objeto me va a solucionar la escena en la que hablo de Ramón, que vive en el Bronx’, por ejemplo”.

En 10 años que tiene la obra qué ha cambiado

La obra fue escrita antes de que la crisis migratoria alcanzara los niveles que se han visto en los últimos años. Al respecto le preguntamos al autor qué cosas han cambiado desde entonces.

“Ha cambiado que ya pasamos por una presidencia de Trump, que fue muy fuerte a nivel migratorio”, consideró. Además, agrega, pasamos por otras crisis y por la crisis de migrantes. Las caravanas migrantes todavía no habían sucedido: “no habíamos experimentado como los mismos mexicanos podemos ser totalmente xenófobos”.

Sobre este punto, destaca que cuando la obra se estrenó era muy claro el punto de vista: “los mexicanos somos los que vamos a Estados Unidos a tratar de mejorar la vida, y los Estados Unidos son los que nos ven a nosotros como ciudadanos de segunda clase”. Sin embargo, ahora, considera el autor, “todos estos matices han sucedido”.

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Por Óscar Ramírez Maldonado, Foto: Por Piedad Teatro 

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