Por Roberto Sosa/ Para que el jardín reverdezca necesita el llanto de los difuntos. Lucas prometió a su madre volver a casa para cuidar de sus hermanos Natalia y Bruno; desconocido para ellos, y para ser aceptado Lucas muestra el lunar en la planta de su pie, símbolo inequívoco de su parentesco. La voluntad de su madre muerta se cumple. Juntos encomian el dolor ante el cuerpo momificado de su mamá, que inesperadamente llora.
La dramaturgia es de Itzel Lara, autora de textos como Palimpsesto, ¿Quién soy?, Diane y más reciente Fruto en la sequía. Historias que se caracterizan por sucesos imposibles, humor negro y universos fantásticos. En este relato explora las relaciones co-dependientes en un núcleo familiar. La muerte de una madre, sus hijos y el hermano que no conocían.
La dirección es de Luis Alcocer quien dirigió Diane, texto de Lara. Alcocer es fundador del Proyecto Granguiñol Psicotrónico teatro que cuenta historias donde los protagonistas aparecen con las vísceras de fuera. Encontró en la escritura de la dramaturga campo fértil para sus creaciones. Aquí se juntaron el hambre y las ganas de comer; humor negro, fábula y eventos imposibles de Lara, desde la perspectiva de Alcocer.
Instrucciones para sembrar un jardín se articula con títeres y teatro de sombras. Se trata de un espectáculo técnicamente impecable, Alcocer recurre aquí a técnicas del teatro occidental y del teatro balinés (datos del boletín de prensa). Lucas es un personaje real, su madre y hermanos son títeres, es interesante ver como habitan el mismo espacio y cómo interactúa con muñecos de madera.
La obra se ha presentado por distintos escenarios de la CDMX, ahora representa esta historia en el espacio del Teatro El Milagro, le viene bien la energía del recinto, Luis Alcocer lo conoce y sabía que este lugar favorecería su montaje, y así es. Los dispositivos que edifican la puesta en escena, movimiento corporal (Graciela López); escenografía, vestuario, títeres y objetos (Martha Alejandra Vega); música y diseño sonoro (Rodrigo Castillo Filomarino) se conjuntan favorablemente.
El elenco está integrado por Karen Castellanos, Ernesto García, Héctor Iván González, Alejandra Vega y la voz en off de Paula Watson. Excelente labor que conjunta actuación con el movimiento dramático de los títeres que cumplen su función al convertirse en personajes dentro de la trama. Héctor Iván González encarna a Lucas, su mayor desafío es la transición de su personaje, de un hombre de verdad se convierte en un niño de madera. En la ficción teatral todo puede suceder.
Se podría pensar que se trata de un espectáculo para todo público, los elementos que la componen así la presentan, no obstante, detrás de todo está una historia oscura que nos sacude por los diálogos. Cada personaje tiene algo que expresar frente al cadáver de su madre, cuyas cuencas brota el llanto que habrá de regar su jardín. La fantasía y humor negro se toman de la mano para contar el relato.
Lara y Alcocer forman una mancuerna interesante, llama la atención su manera de ver y hacer teatro, ya lo habíamos visto con la obra Diane. Sus miradas coinciden, hay empatía por un escribir y hacer teatro con historias donde los personajes aparecen como salidos de una pesadilla. Mostrar las entrañas es ver hacia la parte oscura de nuestra existencia; o con una momia cuyo cuerpo aún no termina de morir. Así su teatro.
Las funciones son los martes y miércoles, hasta el 31 de mayo en el Teatro El Milagro, consulta horarios y precios, aquí.
