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EL GORILA: Una crítica a la monotonía y a la pérdida de libertad



Por Mariana Mijares/ Avanzando lento en una silla de ruedas, el personaje principal llega a escena; nunca comparte su nombre, pero sí su historia: la de un primate que vivía en la selva y, luego de caer en cautiverio, fue obligado a vivir como humano.

El montaje está basado en el cuento corto Informe a una academia, de Franz Kafka (adaptado al teatro por Alejandro Jodorowsky). El autor de origen austriaco es también reconocido por su famosa novela La metamorfosis, centrada en un hombre que se convierte en insecto, lo que dificulta la comunicación con su entorno social. En contraparte, en esta propuesta un gorila ha sido forzado a vivir como humano y por tanto hay un gran reclamo de un animal hacia los hombres.

El monólogo ha sido interpretado por más de tres décadas por Humberto Dupeyrón, quien aunque hoy en día se encuentra semi retirado viviendo en La Casa del Actor, sitio donde es atendido por la esclerosis múltiple que padece, sigue saliendo para actuar esta obra que ha sido parte tan importante de su vida.

Sobre el escenario del Teatro SOGEM Wilberto Cantón solamente se ven cuatro cuadros que representan a hombres con birrete, una mesa con dos sillas y un podio. El protagonista (Dupeyron) se coloca frente a este podio para dirigir su discurso a un grupo de académicos, a quienes agradece la invitación.

Me hacen un gran honor al presentar a la Academia un informe sobre mi anterior vida de mono”, señala.

Así empieza a compartir su historia, cómo hace 20 años tenía una vida totalmente diferente con absoluta libertad en medio de la selva, y cómo en contraste ahora lleva una existencia limitada; cómo, con tal de no ser enjaulado de nuevo, tuvo que adaptarse a vivir como hombre.

Dupeyrón alterna continuamente su voz con sonidos guturales, algunos aullidos y hasta la boca colocada de forma que pareciera una trompa parada; como la de un simio.

Durante su ponencia, el personaje bromea continuamente, preguntando dónde se encuentran ciertas cosas solo para encontrarlas momentos más tarde, lo que provoca continuamente las risas. También logra las carcajadas con puntadas como el que compara su cirugía con la de Ninel Conde.

El personaje recuerda también su vida en el circo, y de manera más dramática, el día que fue capturado con una red, momento que se acentúa con cambios de iluminación.

Yo ya no soy un animal. Era libre y ahora estoy atrapado”, comparte nostálgico.

El gorila, explica, conoció las costumbres de los humanos en la escuela, donde aprendió de diferentes maestros. También se relacionó con intelectuales, artistas y con la complejidad de la ‘selva humana’, donde en lugar de árboles, había instituciones.

De este modo, la obra adaptada por Jodorowsky resulta así una crítica a la pérdida de libertad, al trabajo excesivo y a la monotonía; además de que contiene una carga importante de crítica social, sobre todo cuando menciona la pirámide de privilegio: los pobres, luego los burócratas, después los ricos, seguidos de los millonarios, y hasta arriba, los poderosos; todos aplastando a los de abajo.

El protagonista que fue forzado a vivir de manera diferente a lo que hubiera querido, reflexiona también sobre cómo ahora pasa una buena parte de sus días fumando, tomando y trabajando. Se fue dedicando a imitar a los hombres; al bailar, al hablar, al existir sin propósito.

A pesar del sufrimiento que ha tenido, el gorila agradece haber sido aceptado como “uno más”. No obstante, nunca deja de dolerle el haber tenido que dejar a los suyos, su especie y su hogar, añora su libertad perdida. Porque aun cuando él dejó de estar confinado en una jaula, fue encerrado en otra distinta: en la de la monotonía cotidiana.

El personaje confiesa que por momentos se siente solo, como también podría sentirse cualquier persona atrapada en las diferentes jaulas que a veces nos impone la sociedad: la del trabajo, de poder, de vicios, de expectativas o de miedos.

En contraparte, al terminar una de las funciones Dupeyrón compartió que se siente muy contento de poder seguir representando este trabajo que empezó hace 35 años, que ha sido un alimento para su alma y una terapia  motivacional que le ha hecho una diferencia.

De repente salgo a dar función; a veces hay dos personas, pero claro que cuando hay más, ganó más”, bromeó el actor.

Para celebrar esta nueva temporada, Dupeyrón fue apadrinado por sus cuatro hijos: Odin, Odette, Natasha y Osterlen, quienes celebraron la constancia de su padre y también reconocieron su empatía y capacidad de conectar con la gente. Su hermana: Elizabeth Dupeyrón fue la moderadora y también le externó su cariño y admiración.

El Gorila se presenta los martes en el Teatro SOGEM Wilberto Cantón, consulta horarios, precios y descuentos, aquí.

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9 comentarios sobre “EL GORILA: Una crítica a la monotonía y a la pérdida de libertad

  1. ¡¡Que bárbaro!! Es increíble lo que un actor puede transmitir cuando ama su trabajo. Gracias Humberto Dupeyrón por tu amor al interpretar al Gorila. Un mensaje, que a mi parecer me deja pensando que la verdadera libertad es realmente espiritual, y desde mi particular punto de vista, Jesús continúa siendo el camino, la verdad y la vida.
    Incluso para reflexiona dentro de una propuesta existencialista.

  2. Una gran sorpresa, al ver la actuación de este gran actor aún en silla de ruedas. La limítate está en nuestra mente. Invita a la reflexión del valor de la libertad y del trato a los animales. Gracias Maestro.

  3. Excelente forma de cerrar la semana, una obra que mueve emociones, a veces dan ganas de llorar, y después a través de risas te lleva a la reflexión sobre la vida, el comportamiento humano y la valoración de la libertad, gracias , gracias por la experiencia, se reconoce la excelente actuación del actor que con gran destreza muestra su habilidad en el escenario, felicidades por su tenacidad en donde muestra su gran amor por el teatro y lo transmite al público

  4. Me parece q es una obra excelente con un actor excelente , con un tema por demás excelente.
    Salí con el corazón lleno de emociones, con ganas de VIVIR más cada día.
    Y al final no quieres dejar de aplaudir, quieres abrazar al actor y decirle gracias por q verte en silla de rueda me hace voltear a ver mis piernas y solo sentirme agradecida con Dios.
    Vayan a verla no una muchas veces.

  5. Me supongo que en su tiempo, la representacion debió ser muy buena, lamentablemente, el actor carece de la expresion corporal necesaria (por su edad y enfermedad), la vi hace unas semanas y quedé decepcionado.

  6. Sobre el monólogo de el gorila mala muy mala aburrido sin ningún tipo de efecto, más bien es co.o.esxuchar un cuento leído por mi abuelito, al señor no se le entendía nada y luego al final mete la religión y a dios entonces no la recomiendo para nada muy muy fea

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