Por Mariana Mijares/ Los musicales regularmente requieren de meses, o años, de ensayo para que los actores memoricen no sólo el texto sino cada una de las canciones; pero la genialidad de Desde Cero es que las tablas de su elenco, y las herramientas de construcción que han aprendido, se vuelven la base para que cada noche improvisen una obra totalmente nueva elegida por el público.
Al frente de este proyecto producido por Playhouse, Once Once Producciones y Nuevo Teatro está Angélica Rogel, una de las directoras más versátiles de la escena mexicana y quien luego de sorprender con su reciente trabajo en La reina de belleza de Leenane, en este proyecto retoma sus raíces: la Impro.
Angélica es egresada de la Escuela Nacional de Arte Teatral del INBA, inició su entrenamiento en la Técnica Impro en 2000 y fue seleccionada nacional en el “Primer Mundial de Improvisación” en español, realizado en México.
Además, ha participado en Mundiales Internacionales en España, Chile, Colombia y Perú. Para Desde Cero, trabajó con su elenco para establecer las bases de la estructura de un musical, y de las canciones que los conforman.
Para que al público le quede claro el concepto de este montaje, al inicio se entona una melodía en donde se les recuerda que nada está escrito, que cada actor se lanzará al vacío y que todo es un ejercicio de imaginación. Luego de este tema -que sí fue ensayado y coreografiado-, todo lo demás se ve una única vez. Es una ficción con reglas, y apuestas, que no se repetirá ningún otro día.
Desde Cero tiene un elenco alternante de más de 15 actores, el estreno estuvo a cargo de Jerry Velázquez, Paloma Cordero, Mauricio Hernández, Denisha, Daniel García, José Luis Saldaña y Karla Morales, quienes durante casi dos horas provocaron ovaciones y carcajadas con su interpretación de la obra: Emilio huye cada que me ve, título elegido de un pizarrón del que los espectadores escribieron esa noche sugerencias tan hilarantes como No me lo des Llorando y Siete veces Hola; en referencia a Siete veces Adiós, que se presenta de jueves a domingo en el mismo espacio: el Teatro Ramiro Jiménez.
Durante el estreno, los actores fueron creando e improvisando la historia de una familia integrada por un padre, una madre y un joven de 13 años: Jaime Emilio. Tras entonar el tema “En cajas no cabe toda una vida”, ellos se mudan a Tehuacán, Puebla, “donde se respira el aire con el que hacen el agua”.
Para presentar su personaje, y siempre apoyado por el talento de los cinco músicos en escena, Jerry improvisó una canción que hablaba de crecer, a la par que más adelante le hizo segunda a su abuela (Denisha) para un tema sobre cómo ella era su mejor amiga.
Las cosas se complican cuando se revela que la misma casa está habitada por una familia de fantasmas, en la que la hija: Ermenegilda (Paloma Cordero) anhela poder tener contacto con un humano, lo que sucede cuando conoce a Jaime Emilio, con quien tiene una conexión eléctrica.
A la mitad de la obra, Angélica Rogel entró al escenario para solicitarle al público algunos otros elementos para la trama, por lo que preguntó qué querían que sucediera. Una espectadora eligió un asesinato.
Para la parte musical, y luego de que ya se había entonado un tema góspel (también elegido del pizarrón), los actores tendrían que incluir además una ‘cumbia rebajada’, que se cantó como en cámara lenta.
Finalmente, se solicitaron sugerencias sobre musicales, la gente mencionó Aladdin y El Rey León, pero fue la idea de Chicago la que terminó por convencer a la audiencia. Así la compañía logró uno de los mejores momentos: la recreación de la icónica “Cell Block Tango” cuya letra esta noche incluyó frases como “yo si te creo”, “¿cómo crees que no te voy-a-creer?”.
La idea original de este proyecto fue de Rogel y de uno de los productores: Daniel Delgado, apoyados por un equipo que incluye la coreografía de Natalia Saltiel, la dirección musical de Miguel Haller, la escenografía de Daniela García Moreno (quien construyó a partir de elementos reciclados de otras obras), el diseño de iluminación de Kaori Hayakawa apoyada con el diseño y programación de iluminación de Jimmy Núñez. Para que este musical funcione, la parte técnica, actores, y músicos, deben coordinarse casi solo con miradas, pero en realidad, con tablas.
Al final, la gente salió tarareando algunas de las canciones que se habían improvisado sobre el escenario, ésa es la magia de Desde Cero, tener la oportunidad de ver cómo una obra se va creando segundo a segundo frente al público, una propuesta en la que el teatro se vuelve un divertido juego en el que todos están invitados.
La obra se presenta todos los miércoles en el Teatro Ramiro Jiménez, consulta horarios, precios y descuentos, aquí.
