Por Roberto Sosa/ Algo sobre el actor, el personaje…algo de teatro. Sólo en el escenario, un actor se prepara para hacer la representación de Ricardo III, no hay más actores qué él. En soledad habla con el personaje, lo viste. No hay otros actores, solo él ¿Se deshizo de ellos como Ricardo III lo hizo con quienes le estorbaban para lograr su propósito? El protagonista recorre los otros personajes de la famosa tragedia que Shakespeare escribió hace más de cinco siglos.
El histrión asume su condición, se ve al espejo cuyo reflejo le devuelve al otro Ricardo, el deforme, feo y jorobado cuya ambición por heredar el trono fue capaz de matar, traicionar y mentir. Ceñirse la corona es un acto que ambos anhelan…ansían. El actor lo hace solo frente a un espejo, el personaje ficticio lo observa siglos atrás desde la ficción del teatro.
Algo de Ricardo es autoría del dramaturgo uruguayo Gabriel Calderón, quien a través de un monólogo transita al icónico personaje shakesperiano por el tiempo y escenario. El texto de Calderón es una interesante analogía que reúne un personaje ficticio, un actor y su ámbito.
El escenario se llena con la presencia física del protagonista y en la utopía con los personajes que Shakespeare escribió. La dramaturgia de Gabriel Calderón confronta y contrasta a los espectadores, críticos y gente que hace teatro con el Shakespeare vislumbró.
Representar Ricardo III es todo un desafío para cualquier actor. El unipersonal hurga las similitudes entre histrión y personajes, afinidad que gracias al excelente trabajo actoral de Ricardo Reynaud es evidente. Su actuación deduce la dedicación de más de un año en construir al personaje principal y otros que aparecen en la escena. Su labor es con el rigor que el texto demanda.
La dirección de escena es de Itari Marta, quien ha encontrado en la dramaturgia de William Shakespeare analogías y resonancias con los tiempos que hoy vivimos. Con su labor en el Teatro Penitenciario ha revisado en diferentes ocasiones los textos del dramaturgo inglés con puestas en escena en el Penal de Santa Marta Acatitla, Foro Shakespeare -que ella dirige- y otros más. Esta obra refleja su conocimiento, visión y complejidad que le induce la dramaturgia shakesperiana.
Itari Marta Mena Abraham y Ricardo Reynaud, directora y actor trabajan juntos este proyecto, es evidente que hay correlación, empatía con el autor y lo que rodea el quehacer teatral. El resultado es un monólogo que le habla al espectador de este mundo ficticio donde actor y personajes pueden dialogar, verse y cuestionar el espacio y mundo que habitan, el resultado sin duda está muy bien logrado.
Algo de Ricardo versa de un personaje ficticio dentro de uno real; las miserias, carencias y emociones de Ricardo III son elementos que el protagonista toma para la representación. Y cuestiona también a quienes consumen teatro, sus creadores y a los críticos miopes; aquí nadie queda excluido, todos cabemos. Se trata de uno de los mejores monólogos que se ha presentado en mucho tiempo.
La iluminación es de Miguel Ángel Velázquez, la escenografía de Itari Marta, el vestuario de Sandra Garibaldi; el diseño multimedia Karla Sánchez.
Las funciones son los jueves, hasta el 20 de abril en el Espacio Urgente del Foro Shakespeare, consulta horarios, precios y descuentos, aquí.
