La historia del Castillo de Chapultepec inicia en 1783 cuando el virrey Matías de Gálvez y Gallardo ordenó su construcción. Ahí, donde anteriormente hubo una ermita dedicada al Arcángel Miguel, que a su vez se construyó sobre un templo prehispánico, se comenzó a levantar una casa de descanso para el virrey.

Desde entonces el Castillo mira pasar la historia del Valle de México, tuvieron que pasar muchos años para que tuviera la fisonomía que hoy conocemos. Sin embargo, esta construcción ha sido parte de la historia de la ciudad y de México desde entonces.

El Castillo de Chapultepec es una figura conocida para todos los habitantes de esta ciudad, lo es también para todos los mexicanos. Ahí podemos disfrutar de un paseo por el Museo Nacional de Historia, pero también escuchar música, ver teatro o un espectáculo de danza.

Precisamente ahí se presenta El cisne negro, una lectura contemporánea del Lago de los Cisnes. Esta propuesta se  la presenta La Infinita Compañía de jueves a domingo en este histórico recinto. 

El cisne negro es un espectaculo que cautiva por su calidad. Es un espectáculo de danza, pero integra distintos lenguajes y elementos para llevar al espectador a un mundo fantástico de bosques y castillos. Es una producción que nos da una relectura de un clásico, la actualiza y hace que en ella dialogen distintos lenguajes y recursos.

Aquí de damos tres razones por las cuales no debes perderte El cisne negro.

  1. Una vivencia y una experiencia estética que trasciende lo escénico. La primera razón es más que evidente: El extraordinario entorno que nos brinda el Castillo, rodeado del bosque y su olor que sube desde las laderas del cerro. Ahí, en la arquitectura monumental del recinto, que si bien está en el corazón de la ciudad parece aislado de ella, podemos disfrutar la experiencia integral que nos ofrece esta propuesta coreográfica.
  2. La propuesta visual, sonora y escenográfica. La Infinita Compañía integra en un escenario de plataformas móviles y pisos de agua, elementos de ballet clásico y danza contemporánea, luces y un delicado diseño de vestuario. Todo esto con la extraordinaria música de Tchaikovski.
  3. Una coreografía bien cuidada. Las 20 bailarines y bailarines que, con el museo Nacional de Arte como fondo, ofrecen al público una cuidada coreografía para narrar la historia de Odette y Sigfrido. Bajo la dirección de Rodrigo González este grupo de artistas nos transporta a otro sitio, a otros castillos y a un mundo fantástico. La Infinita Compañía logra que dentro de nuestro castillo y nuestro bosque habiten otros castillos y otros bosques.

Así que ya lo saben, no se pueden perder la oportunidad de vivir esta experiencia única. El cisne negro nos da la posibilidad de vivir el bosque de Chapultepec de una manera distinta. Además, con el Paseo de la Reforma a sus pies, los museos que se asientan en la zona, y colonias cercanas como Polanco, San Miguel Chapultepec o la Condesa, no es difícil armar un plan que incluya cultura, arte y, ¿por qué no?, una buena cena y un trago.

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Por Óscar Ramírez Maldonado, Fotos: Nitzarindani Vega.

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