Por Roberto Sosa/ A medio crecer, a medio sentir… a medio querer. “Tu padre nunca iba a misa…” le dice su madre. Su hermano padece de una enfermedad mental, “esa enorme cicatriz en tu cabeza…”. Su padre, un hombre alto, “¿sí te llegó el cheque…?”. Tocan la puerta, es su tío, “¿puedo pasar…?”. “Eres una niña rara, atrevida, me gustaría darte un beso…”. Me cogiste, “creo que ya no estoy limpia…”.
La obra de Eimear McBride, se articula con párrafos y fragmentos de oraciones que no apuntan en ninguna dirección. El monólogo es como un sueño febril de la protagonista, un documento de abuso, un relato crudo y visceral donde el personaje, una adolescente distorsiona su conciencia con un lenguaje que nace en sus entrañas.
Mcbride es una novelista irlandesa nacida en 1976. Su primera novela es Una niña es una cosa a medio formar (A girl is a Half-formed Thing, título original) la cual escribió en seis meses, pero tardó nueve años en publicarla. Con esta obra ganó en 2013 el primer Premio Goldsmiths (Premio literario británico fundado en 2013 por Goldsmiths Universidad de Londres) y en 2014 –datos del boletín de prensa- el premio Baileys Women’s Prize for Fiction.
El texto lo escribe su autora como un flujo de conciencia (en la crítica literaria es un modo o método narrativo que intenta describir la multitud de pensamientos y sentimientos que pasan por la mente). La voz de la actriz es una oleada que expande un cúmulo de emociones y sensaciones, un montón de palabrería, un galimatías que el espectador deberá ordenar en su cabeza. La tarea no es sencilla.
La actuación es de Pía Laborde-Noguez, con este monólogo muestra su buena preparación al encarnar a una adolescente que narra experiencias que perturbaron su existencia. Su voz da vida a una joven, su madre, su tío, su hermano y muchos otros que aparecen en este desarticulado relato. El ejercicio es complicado, habita su personaje y desde allí traslada el peso de este poderoso texto logrando impactar, subvertir al espectador.
Juan Miranda se encarga de la dirección, conduce la obra sin perder el sentido dramático, guía a la protagonista por el espacio escénico cuidando el ritmo, la acompaña en este sube y baja emocional. Conjunta apropiadamente los elementos que componen el montaje; su trabajo no está por encima de la producción. El resultado está bien logrado, consigue que la atención del público no fluctué y centre su interés en el monólogo.
Una niña es una cosa a medio formar es teatro que trastoca por la forma en que aborda el tema, por su narración; su autora lo concibe del otro lado del océano, sin embargo parecería que vive en nuestro país y se inspiró en algo que vio o escuchó en las noticias de nuestro acontecer cotidiano. Una madre creyente, mística, una adolescente abusada sexualmente y un hermano mentalmente enfermo. El mundo de hoy está globalizado incluso en sus más míseras y bajas pasiones.
La traducción es de Adriana Toledano y Pía Laborde-Noguez; adaptación, Annie Ryan; espacio escénico, Manuela de Laborde; iluminación, Elisabet Catells i Negre; espacio sonoro, Camila Fuchs. La obra se presentó en su primera temporada en el Museo Tamayo en agosto de 2019; en 2021 en Barcelona, España en la Sala Beckett.
En esta temporada se presenta en el Teatro El Milagro en los horarios habituales del 18 de agosto al 4 de septiembre, consulta horarios y precios, aquí.
