La actriz y directora Aurora Cano comparte su visión y expectativas de gestión como la nueva directora la Compañía Nacional de Teatro, etapa que asegura será de mucha exploración y experimentación creativa e inclusiva.

Después de que la labor como director escénico de Enrique Singer llegara a su fin, Cano es la primera mujer en ocupar el cargo, misma que, asegura, se tratara de un periodo que empleará una dialéctica de la diversidad, donde la experimentación y exploración multidisciplinaria tendrán mayor lugar, con el objetivo de encontrar una identidad nacional, a través de la riqueza cultural de nuestro país en las artes escénicas.

Platicamos con Cano sobre su nueva faceta como directora de la CNT: “Me siento muy entusiasmada, evidentemente, también un poco intimidada, porque es un reto enorme.  Es una oportunidad maravillosa de proponer cosas a nivel creativo y artístico, a partir de una base muy poderosa como lo son los actores de la compañía”.

Añade: “Creo que se trata de una especie de relevo generacional, no sólo en un sentido cronológico, también en la manera de pensar el teatro. En este sentido una de las cosas que me entusiasman, es explorar esta posibilidad de abrir una reflexión en torno a procesos de integración de diferentes lenguajes y posibilidades de sistemas de representación”.

Asimismo, asevera: “Las compañías nacionales tienen dos líneas muy claras, que es el acceso al gran repertorio universal y la visibilización del patrimonio nacional, a través de las escritoras y escritores históricos que ha habido en nuestro país. Sin embargo, para mí es importante abrir un tercer eje al que yo llamo dialéctica de la diversidad, que lo que busca es generar una reflexión y pensar el teatro de otra manera, abrir las posibilidades y ampliar el canon”.

En este sentido, Cano considera que se ha replicado una visión absolutamente europea, lo cual disfruta. No obstante, con el tercer eje que propone, se plantea la posibilidad de tener una compañía con un rango de experimentación más alto, lo que implica un proceso riesgoso, con el fin de integrar lenguajes.

“La interdisciplina es una de las formas en las cuales me interesa dialogar e integrar, a través de montajes reactivos y dialogantes con otras disciplinas artísticas, integrar equipos diversos en todos los sentidos posibles. Yo lo veo como un laboratorio de investigación y de creación, de tendencias y discursos para poder provocar reflexión”, declara.

“Tiene que ver con una reflexión profunda a nuestro entorno identitario, donde hay que explorar toda la riqueza que existe en nuestro país, ampliando el canon hacia uno más nacional”, afirma.

Y agrega: “Una de las propuestas en mi gestión es la incursión de un dramaturgista como parte activa de la compañía. El dramaturgista es una figura que opera poco en México, es una especie de curador de contenidos que trabaja de la mano de la dirección artística. En este caso, conmigo y que justamente lo que hace es hacer un análisis, sobre de qué manera se van a abordar los temas y qué tipo de clásicos se van a presentar”.

La directora considera que es necesario saber claramente desde dónde vas a montar un clásico, la perspectiva y cuál es el acercamiento que se va a tener de un escritor del siglo XV; es decir, no se puede llevar a escena una obra del pasado sin pretender no estar en el siglo XXI, debe haber una resignificación del material dentro de una sociedad contemporánea.

Sobre las anteriores gestiones directivas de la Compañía Nacional de Teatro, Cano confiesa: “Me siento muy agradecida por todo el trabajo previo que se ha hecho. Creo que, de pronto, hay que entender las cosas en el contexto en el que suceden, las batallas de cada época son distintas, para que nosotros podamos tener esta compañía, en este momento”.

“Por ejemplo, lo que hizo el maestro Luis de Tavira al conseguir que se pudiera recuperar un elenco estable y que dignificara el trabajo de los actores con un sueldo, que se dice fácil, pero cuesta muchísimo trabajo conseguir que tengamos actores eméritos protegidos y profesionales que han dedicado su vida al teatro”, afirma.

“Así como la batalla que le tocó a Enrique Singer, en pleno apocalipsis, porque no hay otra manera de pensarlo, entre la pandemia y la desaparición del Fonca, de la cual dependía la mitad de la estructura administrativa de la compañía. Si no fuera por el empeño de Singer y otros grandes involucrados, la Compañía pudo haber desaparecido hace poco”.

Finalmente, al recordar la conmemoración del 50 aniversario de la creación de la CNT, Aurora Cano considera que es un proyecto que constantemente se tiene que defender, lo que le genera una sensación de compromiso de poder dar esa pelea en este momento, y divertirse en el proceso.

Por Ulises Sánchez, Fotos: Cortesía CNT y captura de pantalla

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