Por Luis Santillán/ En abril de 1943 se publicó uno de los libros más relevantes para la literatura: El Principito. Ha sido motivo de un sinfín de adaptaciones para diversos formatos; la creación de Antoine de Saint-Exupéry ha cautivado por el mundo que ofrece, uno tan estimulante y cautivador que quizá solo sea comparable con el creado por Lewis Carroll en cuanto a la seducción que provoca.
Saint-Exupéry pone en su personaje Principito una capacidad increíble (e inagotable) para que la humanidad ponga en contacto su versión infantil con la adulta; el personaje tiene la cualidad, tanto por su visión de mundo como por sus propósitos, para abrir los ojos del alma.
El Principito es el eje de partida para que Valeria Vera (en la actuación) y José Sampedro (en la escritura y dirección) emprendan un proceso creativo que da como resultado la puesta en escena Principito Awake.
Propiamente no es una adaptación, se crea una línea de desarrollo donde el personaje Em evoca su pasado, los sucesos del relato juegan al colocar los elementos entre un universo poético y uno que responde a la historia de vida del personaje.
La secuencia del relato permite emular el recorrido que existe en la creación de Saint Exupéry. Mucho se ha investigado sobre las fuentes de inspiración que tuvo el autor francés para crear su universo literario, en lo que concuerdan es que diversos pasajes son autobiográficos, tanto de su relación amorosa como de su profesión de piloto; algo semejante ocurre en Principito Awake dado que, como lo han externado sus creadores, mucho de su vida está proyectado en los pasajes que conforman el espectáculo.
Hay un momento donde las líneas de los materiales se tocan, el recorrido de Em se enlaza con el Principito, eso permite imaginar un mundo donde ambos personajes son referencia del otro, eso estimula múltiples lecturas.
Justo esas lecturas son las que atrapan al espectador, ya que los pasajes verbalizados por la actriz pueden ser identificados como propios; el público busca en su infancia para empatar con lo que escucha, quizá se crea un vínculo sensible donde lo compartido va creando una puesta en escena emotiva.
Principito Awake es una propuesta que, como la referencia literaria de la que surge, tiene la fuerza para invitar a imaginar esa versión infantil de uno mismo y, entender, que la única forma de no perderse es conciliando el mundo fantástico interno con el de las vivencias.
La obra se presenta los sábados hasta el 18 de junio en el Foro Shakespeare, consulta horarios, precios y descuentos, aquí.
