La compañía Marionetas de la Esquina estrenó el pasado fin de semana, La Tempestad, una adaptación al clásico del cisne de Avon, dirigida por Lourdes Pérez-Gay con las actuaciones de Amaranta Leyva, Jonathan Dai, Yenisel Crespo Alarcón, Emiliano Leyva y Rodrigo Flores López, que ofrecen funciones los sábados y domingos en el Centro Cultural La Titería.

La creadora escénica, Amaranta Leyva fue la encargada de realizar esta adaptación que toca temas como la venganza, el poder, las relaciones familiares, con un pequeño giro de tuerca con el fin de acercar la dramaturgia shakesperiana a cualquier tipo de público.

Sobre el proceso que la llevó a seleccionar este texto, Leyva explica: “Todo partió de un trabajo que hice dentro de un grupo de niños, donde tenía un taller, leímos Sueño de una noche de verano, Romeo y Julieta, y La tempestad. Ellos eligieron Romeo y Julieta para hacer su propia versión y la presentaron en La Titería, pero, a mí me llamó la atención de La Tempestad es que era una historia que a ellos le dicen mucho, porque ellos lo relacionan mucho con series, libros y juegos de video, este personaje de Próspero, les suena mucho”.

Agrega: “Quise partir de un asunto dentro de Shakespeare, que es conocido para ellos, obviamente está la magia, y es donde está el primer nivel de análisis; y el segundo, porque estos niveles me los iban dando ellos, (se preguntaban) por qué tantos hombres y solo una hija, a la que le dicen con quién debe casarse, cuando debe dormirse,etc., eso les enojó mucho. Para mí se volvió una historia controvertida y fue como empecé a trabajar la adaptación, ahora Próspero es una mamá, una mujer a la que la desterraron de Milán, y regresa a vengarse”.

La Tempestad, uno de las últimos textos escritos por el máximo exponente de las letras inglesas, está conformada por elementos trágicos y cómicos, a diferencia de otras de sus obras, ésta no termina con un baño de sangre o un matrimonio, su enfoque está en la interacción entre el hombre y la naturaleza.

Por lo que llevarla a escena, no fue una tarea sencilla, y se vuelve un reto encomiable para todo aquel que se atreva, tal es el caso de Leyva, quien apunta: “El reto fue ir descartando escenas, situaciones, personajes y quedarme con la esencia, el poder, el perdón, la relación madre-hija, todo lo de la magia, la isla y Próspero”.

Añade: “Consideré que era más importante mantener estas tres líneas dramáticas, estos temas que tanto les movieron a los niños”.

Para la elaboración de los títeres que vemos en escena, la también actriz y directora, señala: “Fue un proceso largo y complicado, porque al darle prioridad a Próspero y su isla, la pregunta fue cómo y con quienes habitamos esta isla. Probamos diferentes técnicas, diferentes plásticas y entendimos hacia el final que la isla misma era un teatrino y un títere”.

Agrega: “Escogimos una manera de títere que nunca habíamos hecho, quitamos la parte realista y dejamos de lado el teatro explicativo, y nos fuimos más por las imágenes y la metáfora. Los títeres son una parte del títere construido y la otra se complementa con la misma isla”.

En la trama, Próspero regresa a su ciudad natal para vengarse, sin embargo, se enfrenta al dilema de perdonar a aquellos que le hicieron daño, situación que no pasó desapercibida entre los niños durante los talleres que realizó la autora.

En este sentido, Leyva comparte: “El asunto que más les tocó fue, ¿por qué perdona, después de todo lo que le hicieron? Este asunto del poder y la venganza, atreverse a perdonar, es un asunto que me tocó mucho. Ahí salió el tema de que, quizá el grado máximo de sabiduría es el perdón”.

Agrega: “Yo creo que los niños entienden muy bien. Aproveché la familiaridad de Próspero con ellos para de ahí partir a estas complejidades humanas que muestra Shakespeare (…) Creo que los niños saben más de lo que pensamos ahora de estas estructuras”.

Si bien la obra está clasificada para niños de 9 años en adelante, Leyva apunta que durante el estreno, acudieron pequeñitos de menor rango, quienes se mantuvieron atentos en todo momento a lo que sucedía en escena.

Los niños nunca van a dejar de sorprenderme, yo la clasifiqué de 9 años en adelante, la recepción fue buena. Es un montaje en el que tratamos de no ilustrar a los personajes, sino de ir a sus profundidades oscuras y positivas”.

Finalmente, la autora puntualiza que se trata de un montaje propositivo, que deja de lado el miedo de acercarse a los clásicos e invita a todo el público a acercarse a la obra de Shakespeare, a través de este montaje.

Lo hicimos con mucho amor, suena cursi, todo fue trabajado desde la visión con todos estos niños con los que trabajé”.

La Tempestad se presenta sábados y domingos hasta en el Centro Cultural La Titería, ubicado en Vicente Guerrero 7, Col. del Carmen, Del. Coyoacán, consulta horarios y precios, aquí.

Por Itaí Cruz, Fotos: Cortesía La Titería

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