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LA MANZANA DE LA DISCORDIA: Una osada y divertida historieta teatral



Por Alegría Martínez/ Zeus, el Dios de Dioses, ostenta en su pecho femenino la dorada representación del rayo, con que se le identifica, destello que en su momento lanzara a los aqueos para propulsar su huida. Casandra, Atenea, Hera y Afrodita, gráciles en cuerpos masculinos, rivalizan entre sí, o se alían para cambiar el destino de hombres y mujeres durante la guerra entre Troya y Grecia. En La manzana de la discordia, montaje que traslada el humor, la adicción a la redes sociales y buena parte de los hábitos nacionales, incluidas canciones por todos conocidas, a escenas de la “Ilíada” y la mitología griega.

Populares canciones mexicanas, conversaciones vía Whatsapp o teléfono móvil y un humor que rompe las barreras del lenguaje, el género y la interpretación formal de los textos clásicos, es parte de lo que propone la versión clown de creación colectiva, con dirección de Iona Weissberg y Aline de la Cruz, de la Compañía Brujas producciones que se presenta actualmente en el Foro Sor Juana Inés de la Cruz.

Fieles al sentido didáctico del poema épico atribuido a Homero, los creadores de este espectáculo, -dirigido a jóvenes generaciones y al público que se ha quedado al margen de los 24 cantos en torno a los sucesos del último año de una guerra que duró una década-, plantean el caos inicial de esta historia, a partir de una reflexión sobre la destrucción del planeta frente a la progresiva extinción de la naturaleza y abren el diálogo a las infinitas posibilidades de comunicación que propicia la interacción digital.

La manzana de la discordia es una historieta teatral-musical interactiva en la que los personajes se dirigen al público, le preguntan el significado de algunas palabras o características de héroes de la mitología griega y al recibir como respuesta un gran silencio, reactivan el humor y la sátira, de la que nadie se salva.

La risa envuelve la acción en escena, intercalada con otros textos como Casandra de Christa Wolf y escritos de Byung Chul-Han, así como con cómics de DC y Marvel y videojuegos, incluido algún párrafo poético de Juana de Asbaje y la interpretación, con distinta letra, de canciones como “No volveré” de Esperón, “Noa Noa” de Juan Gabriel, o “El venao” de Wilfrido Vargas, entre otras.

Las tres diosas del Olimpo, Afrodita, Hera y Atenea, -encarnadas por Fernando Córdova, Artús Chávez y Christopher Aguilasocho respectivamente-, son divinidades sensuales y plenas de defectos terrenales que pierden la compostura en su competencia por ganar la codiciada manzana como premio a la más bella.

Su rivalidad evidente ante el juez Paris, -interpretado por Rodrigo Murray-, personaje causante de la Guerra de Troya por haber raptado a Helena, esposa del Rey Menelao-, evidencia la corrupción de las diosas y del impetuoso traficante de influencias, que el actor crea con eficacia al compartir, gozosamente con el público, la socarronería de quien fuera hermano de Héctor, enemigo de Aquiles.

Los textos tradicionales transmitidos verbalmente durante siglos por los rapsodas, intercalados con conocidos dichos adaptados a la actualidad, en la que privan las reuniones por Zoom y la presencia en espacios virtuales como el Only fans, o las batallas ventiladas en programas de talk show, introducen a la audiencia de forma natural y festiva a fragmentos del universo griego, entre luchas, bailes, canciones y duelos en los que el elenco, experto en el desafío actoral que exige el trabajo de clown, sale victorioso.

Con la naturalidad, el ritmo y la gracia de la que han dado muestra en otros montajes de este género, Rodrigo Murray, Artús Chávez, Christopher Aguilasocho y Fernando Córdova, se transforman de diosas, en guerreros y en héroes como si al cambiar de vestuario se volvieran otro automáticamente.

Por su parte, la experiencia de Nohemí Espinosa, -fundadora de La sensacional orquesta lavadero-, quien hace el papel de Zeus, subraya las contradicciones y la vulnerabilidad del también llamado Padre de los dioses.

El escenario circular, compuesto por adornados módulos que conforman altos escalones, utilizados también para modificar el espacio según lo requiera cada escena, conforman la base de un teatro griego que se vuelve circo, bajo la impasibilidad de dos columnas que se yerguen a lo alto, como guardianas de un caos en el que diosas, héroes y seres humanos desafían al destino entre vanidades, cólera, ambición, cobardía, deslealtad, astucia, bondad y optimismo.

El honor ultrajado de Menelao, provocado por la huida de su esposa Helena con el príncipe Troyano, Paris; la ira de Aquiles generada por el robo de la doncella Briseida por parte de Agamenón; la hazaña de Patroclo, amigo del héroe también conocido como “el de los pies veloces”; el concurso de belleza entre diosas y la llegada del caballo de Troya, que ocurre en la “Odisea”, nutren un montaje osado y divertido que rompe esquemas tradicionales de lenguaje, de género, de temas musicales, y vincula temas clásicos con las consecuencias de lo que irradia la virtualidad en una sociedad que se auto aniquila.

El montaje integra un equipo artístico de profesionales entre quienes además de las directoras Iona Weissberg y Aline De la Cruz, se encuentran la dramaturgista Elia Espinosa, el diseñador de escenografía e iluminación, Esaú Corona, el diseñador de vestuario Emilio Rebollar; Mario Santos en la musicalización, Zamantha Montiel en el diseño de utilería y teatro de sombras.

Así como Rogelio Valdés en el diseño gráfico, Ofelia Guzmán en el montaje vocal, Daniel Vicente Gómez en peluquería, Isaí Hernández y Daniela Solís en la asistencia de dirección, Alexis Vázquez en la asistencia de producción, Karenssa Betancourt en la asistencia de iluminación, Fausto Castaño como productor residente de Teatro UNAM y José Jorge Carreón en la fotografía.

La obra se presenta de jueves a domingo en el Foro Sor Juana Inés de la Cruz, consulta horarios y precios, aquí.

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6 comentarios sobre “LA MANZANA DE LA DISCORDIA: Una osada y divertida historieta teatral

  1. Excelente obra, muy divertida, con un desempeño actoral homogéneo, un ritmo trepidante y una escenografía ingeniosa. Altamente recomendable. Pero, y aquí viene el pelín, hoy sábado 20 de agosto me presenté en la taquilla a las once de la mañana, pedí dos boletos, uno con descuento de unam, y la taquillera, de nombre Rosy, me dijo que ya estaban agotados. ¡No lo podía creer! Por mi mente pasó la idea de la reventa. En fin, me retiré de la taquilla para seguir viendo la obra del Carro de comedias, pero se me ocurrió intentar comprar boletos por el celular y me acerqué a la taquilla nuevamente, y la señorita, al verme, le negó boletos a una joven estudiante (sacó su credencial) que también iba a ver la obra. Entonces decidí quedarme cerca de la taquilla y de repente me dice la señorita que sí tenía boletos, que ya no habían ido a recogerlos (eran como once y media), pero me los cobraba a precio normal. Cuando entramos al teatro, me di cuenta que había varios lugares disponibles en la parte alta del Foro Sor Juana. Avisados, abusados.

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