Bajo la dirección de Mark Bell, este montaje se ha convertido en un referente de comedia física en el país, en el todo el elenco reunido debe estar a la altura de las exigencias que el texto pide, donde cualquier mínimo error podría afectar la integridad física de cada intérprete y romper con el ritmo de la obra.

Al respecto, Luis Rodríguez “Guana” expresa: “El principal reto del personaje es el trabajo corporal que requiere, muchas personas me han preguntado si realmente es más demandante este papel en comparación con algún otro que haya interpretado en teatro musical y sí, es uno de los personajes más cansados y más retadores, precisamente por eso, como actor todo el tiempo tienes que estar con la energía a tope porque la obra funciona únicamente de esa manera”.

Por su parte, Ricardo Maza declara: “Toda la compañía tiene que manejar un nivel de preparación bastante riguroso porque la obra exige movimientos precisos y una entrega constante, donde como intérprete debes estar alerta en todo momento para evitar accidentes. Es vital tener una condición física bastante buena para hacer a Maximiliano Bennett y estar atento a cualquier imprevisto, sin duda”.

“La obra es tan puntual que no puedes romper con el movimiento que se genera en escena con ninguna equivocación porque todo funciona como una señal para quizá aventar una luz, que se caiga algo de la escenografía, en fin, debes tener bastante desarrollados los reflejos para evitarte cualquier daño físico a ti y los compañeros porque sí han pasado muchísimas situaciones en escena que se tienen integrar a la obra y de esta manera evitar que el público lo note”, afirma Guana.

Ricardo asegura haber contado con un tiempo muy breve para ser parte de esta historia, poniendo al límite su compromiso y capacidad de aprendizaje.

“Mi acercamiento con la obra fue bastante complejo, entre a una familia que ya estaba formada, es decir, la compañía ya estaba completa pero debido a la situación que estamos viviendo se decidió incorporar a más actores. Sin embargo, me llevo la grata experiencia de haber conocido a personas extremadamente generosas que me arroparon increíblemente”, declara.

Y agrega: “Guana no me dejará mentir, pero este personaje no lo hubiera logrado entender ni poquito, si no fuera por la disposición que me brindó para poder realizar mi propia interpretación, la verdad es que me echo el hombro bien padre, me ayudaba a pasar textos, mejorar los movimientos, en fin, fue un proceso muy breve con el que todos los nuevos actores contamos para entrarle al proyecto, alrededor de dos semanas, entonces viví un proceso bastante acelerado pero sumamente enriquecedor con la ayuda que recibí de todo el equipo”.

Por su parte, Guana señala: “Tengo que reconocer que la verdad Maza sí se enfrentó a un toro bastante pesado por el poco tiempo que tuvo para debutar, yo fui testigo de como le macheteo, lo veías duro y dale con el libreto en los camerinos, preguntando. Y sí, finalmente somos una familia de la cual Ricardo ya es parte, entonces nuestra función como equipo también era apoyarlo para que la obra no se viera afectada por ningún detalle que llegara a ocurrir”.

Y agrega: “Yo no había tenido la oportunidad de trabajar con él y me dio un gusto enorme que se quedara con este papel, porque para mí es uno de los mejores que he interpretado o incluso podría colocarlo como mi favorito, por ser retador, por desarrollarse en la comedia física en totalidad en un proyecto tan bonito como lo es este”, concluye.

Ambos actores coinciden en las virtudes que este montaje ofrece al público, expresando la alegría de haber podido pertenecer a un espectáculo tan exigente en un personaje por demás complejo, mismo que puso al límite sus capacidades histriónicas a través de la constancia y la disciplina.

No te pierdas las últimas funciones de La obra que sale mal de viernes a domingo en el Teatro de los Insurgentes, ubicado en Insurgentes Sur 1587, para conocer precios y horarios, aquí.

Por: Ulises Sánchez, Fotos:

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