En cada historia siempre habrá un villano al cual odiar y culpar por las desgracias que los protagonistas padecen en el transcurso de la trama. Sin embargo, ¿Qué tanto nos desagrada la parte malvada del antagonista?, ¿será que en realidad gozamos de las vicisitudes que hacen pasar a los personajes que aparentemente cuentan con mayor corazón?

Network es un montaje que ha sorprendido al público mexicano por la vigencia de su texto, la potencia de sus intérpretes y el nivel de producción con el que se presenta cada noche.

Esta propuesta es dirigida por Francisco Franco y cuenta con un elenco encabezado por Daniel Giménez Cacho, Arturo Ríos y Zuria Vega, donde Francisco Rubio encarna a un codicioso y deshumanizado ejecutivo de televisión en búsqueda de mayor poder, quien nos cuenta acerca de su experiencia de participar en este montaje que estuvo nominado en el 1° período de mayo de los Premios Cartelera de Teatro 2023.

Al respecto, Rubio comparte: “Para mí es una oportunidad muy maravillosa de sacar mi parte oscura, que yo creo que todos tenemos, lo que pasa es que nos negamos a verla pero en mi trabajo como actor me funciona también para sanar mi vida interna. Network ha sido un proyecto muy divertido, muy lúdico, como actor la ficción te da la oportunidad de sacar toda esa personalidad y toda la energía que no vas a sacar en la vida diaria, porque no vas a ir por la vida haciendo daño, o al menos así yo lo veo”.

Y agrega: “Amo que mi personaje es un ser muy atormentado, a él no le interesa nada más que ser parte del corporativo dentro de una posición de poder, aparentar una imagen de triunfo y ganar y ganar dinero. Sin embargo, él es la primera víctima de todo este emporio corporativo, de todo este sistema. Por eso abandera muy bien su labor en esta clase de corporación, donde ni la moral, ni los principios importan, aquí el chiste es tener audiencia y hacer dinero para ser feliz”.

El actor que no había tenido oportunidad de trabajar con Francisco Franco, confiesa que fue un proceso muy amoroso y por demás enriquecedor, donde disfrutó cada ensayo y tuvo la oportunidad de conflictuarse con el papel que interpreta.

“Toda la magia actoral que el público ve en escena es gracias también al trabajo de Viridiana Olvera, quien es la directora de casting en Network, entre Francisco y ella conformaron un elenco bien bonito. Desde el primer momento se propició una sinergia brutal, porque todos los ahí reunidos estábamos en el mismo canal”, afirma.

“Tener en el reparto al señor Daniel Jiménez Cacho, que al ser tan amoroso y juguetón, tan talentoso, generoso, humilde y amable, propicia un ambiente familiar. Yo sé que puede sonar a un cliché muy gastado, pero, de verdad nos hemos complementado muy bien desde enero y siempre estamos dándonos consejos, investigando más profundamente el texto, nos apoyamos mucho”, señala.

“Este texto sin duda nos une, porque dice tantas cosas que hoy en día queremos decir los seres humanos. En este momento en la vida y alrededor del mundo es importante decir: ¡Estoy hasta la madre de algo! Del sistema, de seguir imitando paradigmas de vida, de no saber quién soy yo y qué quiero de mi vida, de la delincuencia, de todo de lo que estamos hasta la madre en el mundo, de las guerras, del egoísmo, en fin”, añade.

Desde la visión de Rubio, el éxito de este proyecto se basa en las circunstancias en que se llevó a cabo el proceso de construcción, donde asegura el entregar un texto tan potente a un grupo de actores hambrientos de poder subir al escenario, después de un lapso de dos años de encierro, donde además se les da la oportunidad de decir que están hasta la madre en escena, es el porqué de la magia.

“Jugar con la escenografía tan bella de Adrián Martínez Frausto es como estar en Disneylandia. Al principio nos costó bastante el montarnos como actores dentro de esta creación que se mueve constantemente, y la luz y el ritmo y el timming y no perderlo. Sin embargo, ahora lo disfruto muchísimo, porque además mi personaje nunca para, cuando ya está bajando por las escaleras ya se esta subiendo por las otras y ya se esta poniendo esto y luego esto otro, entonces el subirte a ese carrito dentro del juego escénico me costó muchísimo al principio y ahora me siento como un niño que pide otra vuelta más”, confiesa.

Estela Fagoaga se lució con un vestuario hecho a la medida que ayuda indudablemente a encarnar el personaje desde el momento en que te vas poniendo cada prenda, donde ella respeta esta estética de 1975 en Nueva York. A mí me dio muchísimo como personaje, desde el peinado, los zapatos, yo soy un actor que necesita los zapatos del personaje para poder desplazarse, todo eso forma parte de la creación de mis personajes”, afirma.

“Quedan pocas semanas, se avecinan sorpresas, por ahí va a haber la invitación de una actriz o actor, pero yo invito al público que no la ha visto, a disfrutarla con el elenco actual porque es una delicia y para los que ya la vieron el volver a ver a estos monstruos de la actuación sobre escena siempre va a ser un deleite”, concluye.

Sé testigo de esta historia con funciones de viernes a domingo en el Teatro de los Insurgentes, consulta horarios, precios y descuentos, aquí.

Por: Ulises Sánchez, Fotos: Cortesía Manojo de Ideas

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