Peter Brook, uno de los directores de teatro más innovadores del mundo, que perfeccionó el arte de poner en escena poderosos dramas en lugares inusuales, falleció a los 97 años, informó el domingo su representante.

El director británico, afincado en Francia desde 1974, montó producciones que iban desde versiones desafiantes de Shakespeare a ópera internacional y poemas épicos hindúes. Brook representó obras en gimnasios, fábricas abandonadas, canteras, escuelas y antiguas fábricas de producción de gas en ciudades de todo el mundo.

Su producción de 1970 en Stratford de “El sueño de una noche de verano” de Shakespeare, representada toda de blanco y con un enorme columpio con guirnaldas, le aseguró un lugar en los anales de la historia del teatro.

Aunque Brook era considerado con admiración en los círculos teatrales, era menos conocido entre el público en general debido a su negativa a someterse al gusto comercial.

A menudo rechazaba los edificios teatrales tradicionales en favor del espacio vacío, “por la posibilidad de transformarlo mediante la luz, las palabras, la improvisación y el puro poder de la actuación y la sugestión”.

“Puedo tomar cualquier espacio vacío y convertirlo en un escenario”, escribió en su innovador libro de 1968 “El espacio vacío”.

Su búsqueda de inspiración le llevó a lugares tan lejanos como África e Irán, y produjo una variedad de obras de teatro originales e improvisadas, marcadas por su ojo para el detalle y su enfoque desafiante.

Sobre el creador

Nacido en Londres en 1925, Brook, que fue director de producciones de la Royal Opera House y se unió a la Royal Shakespeare Company (RSC), en la que dirigió gran cantidad de montajes (con actores como John Gielgud, Laurence Olivier y Glenda Jackson), vivía desde los años setenta en Francia (había trabajado con Jean-Louis Barrault), donde fundó en París su famosísimo teatro de Bouffes du Nord, meca de la experimentación y la excelencia teatral, donde desarrolló su arte durante medio siglo.

Entre sus trabajos figuran obras de prácticamente todos los grandes dramaturgos, entre ellos Chéjov, Genet y Beckett, óperas, creaciones a partir de textos no teatrales, como las obras del neurólogo Oliver Sacks, o tomadas del mundo africano, incluidas pequeñas y sencillas historias del mundo popular elevadas por su varita a la categoría de joyas de orfebrería teatral. Otro de sus espectáculos más recordados es La conferencia de los pájaros, sobre el texto literario persa. En 1971 tuvo una célebre participación en el Festival de Persépolis, en el Irán del Sha, con Orghast, una obra experimental sobre el mito de Prometeo escrita a medias con el poeta Ted Hughes.

Influenciado en distintas etapas de su carrera por Artaud, Brecht, Grotowski, Meyerhold o Craig, Brook avanzó hacia un teatro destilado y esencial en el que el gesto adquiría una potencialidad mágica.

En sus últimas etapas, consideraba virtud la reducción del espacio de una manera que parecía comprimir también el tiempo de la representación, provocando un efecto de grandiosidad conceptual que tenía algo de física cuántica.

Poseedor de numerosos premios internacionales, entre ellos la Legión de Honor y la Orden del imperio británico, Peter Brook recibió el Príncipe de Asturias de las Artes en 2019. Casado con Natasha Parry, fallecida en 2015, era padre de dos hijos.

Brook siguió trabajando hasta los 90 años.

Con información de Reuters

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