Por Roberto Sosa/ El Rottweiler de Aarón y Eva destroza y devora al pequeño Poodle de sus vecinos Nicole y Bill, ahora deben tomar una decisión, guardar en secreto lo que hizo su perro o decir la verdad. Nicole y Bill llegan a casa de los dueños del Rottweiler para saber si ellos vieron o saben algo de su mascota. Para los cuatro su perro tiene un lugar preponderante e importante en su vida. Aarón y Eva deciden callar, fingen preocupación y prometen ayudar a recuperar al Poodle.
Las dos parejas viven con estilo y comportamiento propio de la gente que siguen las últimas tendencias y con vivas inquietudes culturales (hípster); poseer y cuidar una mascota reafirma su estatus quo. Lo que ninguno sabe es qué hacer cuando una mascota se traga a la otra, qué decir los culpables a los afectados, cómo reaccionar. La decisión que toma Aarón es radical e inesperada, medida que pone en evidencia la frágil relación con su pareja.
Escrita por Micah Schraft, A dog’s House -título original- indaga las relaciones afectivas entre perros y sus dueños. En principio la tensión dramática es con Aarón y su Rottweiler, después gira con la determinación que toma el protagonista. El texto de Schraft transita entre la comedia y el drama, es profundo, explora las entrañas de los personajes para mostrarlas al espectador. El monólogo de Aarón ante su mascota es muy conmovedor.
Antonio Castro se encarga de la dirección de escena y actores. El resultado final refleja el trabajo que realiza con el reparto, cada uno bajo su mirada es preciso durante la representación. Aprovecha y saca partida del talento de los cuatro, consecuente con esto la obra es un proyecto bien acabado, bien logrado. Castro es acertado en la dirección de escena y elenco.
Las actuaciones son de Mónica Huarte (Eva), Alejandro Calva (Aarón), Ximena Ayala (Nicole) y Tizoc Arroyo (Bill), su labor es nivelada, los cuatro están en su personaje, crean, matizan y construyen apropiadamente. Cabe destacar el trabajo de Mónica y Alejandro, al final la historia demanda de los dos histriones toda su capacidad y talento, ellos los poseen y lo proyectan de manera excelente.
La puesta en escena cuenta con el trabajo creativo de Edyta Rzewuska en el diseño de escenografía y vestuario, su vasta experiencia en estos menesteres lo refleja adecuadamente en el decorado y vestimenta de los protagonistas. La iluminación es de Matías Gorlero, su labor logra matizar las escenas donde hay sentido del humor, emotividad y drama. El diseño sonoro de Miguel Hernández se complementa en favor del montaje.
Casa de mascotas es una obra divertida y emotiva por el tema y la forma en que el autor lo aborda. La anécdota está bien narrada, de inicio con comedia y después drama. Es teatro que respeta sus convenciones, con una historia que espectador al dejar el recinto, no lo hará indiferente, sin sentir nada, igual, y si en casa un perro lo está esperando, lo querrá abrazar.
Si tu vida la compartes con un can, la obra te va atravesar, no fue casualidad escuchar llanto entre el público. Si no tienes un perro como mascota, no importa ven a verla, la obra también te va a divertir y la vas a disfrutar. Y no te puedes perder el monólogo de Aarón con su Rottweiler, es estremecedor.
Las funciones son de viernes a domingo hasta el 13 de noviembre en el Foro Lucerna, consulta horarios, precio sy descuentos, aquí.
