Por Roberto Sosa/ El relato se sitúa en el año 2200, la Tierra está cubierta por nubes que impiden a los rayos del sol calentar al planeta. Imani y su hija Abba sobreviven al frío recolectando leña de los pocos árboles que subsisten; la historia cambia cuando las dos conocen a Asimov, un robot programado para cuidar a los humanos, no siente frío, no late su corazón y carece de memoria, pero se cree humano y sueña.
Las tormentas de nieve son constantes, sobrevivir es complicado sin el calor del fuego. Abba piensa que si regala una bufanda a Asimov, lo protegerá del frío. Imani construye máquinas que no sabe para que funcionan, es una forma de soñar en un mundo mejor; la aparición de una aurora boreal les devuelve la esperanza, recuerda que su abuelita le hablaba de los “días soleados en la playa…”.
La autoría es de Hiram Molina quien crea la historia a partir de las obras del escritor Isaac Asimov (Unión Soviética 1920 – 1992 Nueva York, EE.UU.) prolífico autor de textos de ciencia ficción. Su obra más famosa es la Serie de la Fundación, una sucesión de novelas y cuentos publicados en los años 1942-1950. En su texto Círculo vicioso (1942), Asimov publica las Tres Leyes de la Robótica, conjunto de normas elaboradas por el autor que se aplican a la mayoría de los robots en sus obras.
El escenario reúne ilusión y narrativa con dos títeres, Abba y Asimov quienes despiertan la imaginación del público, lo toman de la mano para llevarlo a un lejano futuro donde robots y humanos habitan un mundo congelado. Imani es una mujer real que guarda en su memoria recuerdos y palabras de su abuela: “antes el sol brillaba, había estaciones… se podían ver las auroras boreales”.
Asimov es un cuento sin el trillado discurso a los niños y niñas en donde aparece un villano que simboliza el mal y después aparece el héroe que representa el bien y los salva. Hoy los niños están inmersos en la tecnología, el mundo ha cambiado y el teatro infantil debe dar un giro. Asimov llena la escena en otro sentido, sin dejar de pensar en el potencial intuitivo de los chavales.
La obra nos habla de un niño mecánico que piensa y siente, programado para cuidar a los humanos y cumplir las leyes que rigen la robótica. Primera Ley: Un robot no hará daño a un ser humano, ni por inacción, permitirá que un ser humano sufra daño. Segunda Ley: Un robot debe cumplir las órdenes dadas por los seres humanos, a excepción de aquellas que entren en conflicto con la primera ley. Tercera Ley: Un robot debe proteger su propia existencia en la medida en que esta protección no entre en conflicto con la primera o con la segunda ley.
Asimov es un autómata que transmite emociones, que mueve sentimientos, con capacidad de soñar: “el sol brilla de nuevo, brilla tanto porque Asimov está soñado…”. Un mensaje contundente, hoy en día hemos perdido ésta capacidad. La inmediatez, la prisa por vivir nos ha quitado el tiempo para soñar… Y quizá en un futuro no lejano con el cambio climático ya presente, nuestros nietos nos pregunten: ¿Cómo es un día soleado en la playa…?
Elenco: Andrómeda Mejía (Imani), Anabel Domínguez (Abba) e Hiram Molina (Asimov). Dirección, Anabel Domínguez; escenografía, Edgar Sánchez, Sheila Piedra y Emanuel Romero; vestuario, Anabel Domínguez; música original, Jorge Martín Vargas; diseño de títeres, Edwin Salas. Producción, Judith Inda / Los Cuatezones. Agradecimiento especial a Eloy Hernández (Q.E.P.D.).
Las funciones son en el Foro Shakespeare los domingos hasta el 7 de agosto, consulta horarios y precios, aquí.
