Por Mariana Mijares/ En una oficina, cuatro socios se reúnen de emergencia en sábado para tomar una decisión compleja: para poder salvar la empresa, y a sus compañeros, uno de ellos debe ir a la cárcel. Esta es la premisa de 7 años, obra basada en la película española del mismo nombre escrita por José Cabeza y adaptada para teatro por Reynolds Robledo y Jeannine Derbez, quien añadió datos importantes para el contexto mexicano.
Conforme las primeras discusiones empiezan y va quedando claro que a Marcel (Pablo Perroni), Luis (Cristian Magaloni/ Pedro de Tavira), Carlos (Antonio Gaona/José Ramón Berganza) y Verónica (Rocío Verdejo/Jeannine Derbez) no les será fácil ponerse de acuerdo, Marcel propone la intervención de un mediador: José, personaje interpretado por Alejandro Morales.
Desde el inicio, Morales demuestra una enorme capacidad recreando a un hombre humilde que realmente necesita este trabajo, pero a la vez, alguien increíblemente inteligente que será capaz de hacer que los empresarios se sinceren y expongan sus más grandes temores, y demonios.
En una primera dinámica, José les pide que se compararen con piezas de ajedrez. Cada socio inicia hablando favorablemente del trabajo de otro, hasta parecería que realmente son amigos, que se estiman y que les será imposible acusarse entre ellos, pero conforme va transcurriendo el tiempo, y aumentando la tensión, la amistad irá pasando al último plano.
Ejemplo de ello es otra iniciativa de José en la que cada uno debe señalar por qué alguien más debería ir a prisión. A manera de contestación a un comentario sexista de Luis en el que infiere que las cárceles para mujeres son más ‘seguras’, Verónica le responde con datos precisos de la sobrepoblación de las únicas 10 cárceles femeniles en México y cómo éstas están -malamente- administradas por hombres.
Bajo la dirección de Robledo, los cuatro protagonistas van teniendo oportunidades de lucimiento y siempre logran mantener un equilibrio: Perroni, como el preparado CEO que ha hecho crecer a la empresa gracias a su relación con los clientes; Verónica, inteligente financiera, una mujer aparentemente fuerte e independiente; Luis, encargado de la parte tecnológica, uno de los responsables del éxito inicial de la empresa y amigo de Carlos desde la prepa y Carlos, un mujeriego cuya principal habilidad parece ser entretener a los clientes en comidas y salidas.
Como hilo conductor, José ayuda como una constantemente guía para los empresarios: calma los humos, funge como relief cómico, detiene la violencia y es testigo de cómo las incipientes alianzas se van transformando en puñaladas por la espalda. Como público, el sentimiento es similar: cada espectador puede elegir un favorito, o elegir quién debería pagar por los demás, pero después de intervenciones en los que los personajes revelan su verdadera personalidad, cambiar radicalmente de parecer.
Aunque fue concebida para cine, esta historia resulta ideal para teatro ya que todo ocurre en un mismo tiempo y espacio: una oficina. La propuesta del escenógrafo Adrián Martínez Frausto incluye una tarima donde se colocan una mesa rectangular y cinco sillas, lo que ayuda a tener todas las perspectivas. En ocasiones, los personajes ‘salen’ de escena, pero solo para acudir a contestar llamadas o al baño, a escasos metros del escenario y sin dejar de estar del todo en la mira del público.
Sin duda, las principales virtudes de este montaje son las actuaciones, el ritmo y especialmente la capacidad de mantener el suspenso como si todo se tratara de un juego de Clue en el que debe esclarecerse un misterio; aquí: ¿quién irá a la cárcel? Pero conforme se van rebelando ‘pistas’, y cada personaje va dando sus argumentos, más lejos parecemos estar del desenlace.
Hacia el final, cuando parecería que gracias a la intervención de José y a la exposición de todos los secretos los cuatro están cerca de un acuerdo, vuelve a cambiar todo gracias a un final inesperado que sorprenderá a más de uno.
Al igual que obras como Un Dios Salvaje o Toc Toc, en las que circunstancias extraordinarias sacan a los personajes de los ‘buenos modales’ y civilidad, 7 años va mostrando a cuatro amigos desenmascararse y mostrar su verdadera cara. Algo es seguro: sin importar cuál sea la determinación final, ninguno saldrá de ahí siendo el mismo.
La obra se presenta los martes y miércoles, en el Foro Lucerna, consulta horarios y precios, aquí.
